Probablemente usted recuerde a “La Chimoltrufia”, creación de Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” y encarnada en la televisión por Florinda Meza. Ese personaje, con cabellos despeinados, chimuela y que mascaba chicle decía de sí misma: “ustedes ya saben que como digo una cosa, digo la otra”.
Pues así es exactamente el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que ha regalado involuntariamente a Óscar Reyes, de El Sol de Irapuato, un capítulo, por decir lo menos, hilarante de lo que ya podemos llamar el Momiagate.
Ni Federico Curiel ni Rafael García Travesí. director y adaptador respectivamente de ‘Las momias de Guanajuato’, donde aparecen El Santo y Blue Demon, hubieran tenido la imaginación que la institución encargada de proteger el patrimonio histórico de México ha mostrado para poner obstáculos al Museo de las Momias (MUMO) cuya realización sugirieron ellos mismos.
MOVER LAS MOMIAS
Resulta que en 2017, el INAH informó mediante oficio al municipio de Guanajuato que debía mover el Museo de las Momias a otra ubicación y seguir algunas medidas para proteger ese patrimonio cultural tan emblemático de la capital del estado de Guanajuato.
Las autoridades municipales se aprestaron a desarrollar el proyecto del nuevo museo pero posteriormente la autoridad federal “cambió de opinión” y recomendó que mejor se quedaran ahí.
Además, según el INAH, el municipio no pudo cumplir algunos requisitos que a la federación se le ocurrieron de último momento, como que debía contar con el consentimiento por escrito de los descendientes de las momias, algunas de las cuales tienen más de 200 años de edad.
EL FONDO DEL ASUNTO
Cierto es que vale la penas considerar los derechos humanos de las momias, pero el fondo de este Momiagate es que la federación ya se dio cuenta que es un museo que ha llegado a aportar 44 millones de pesos al erario municipal
El museo de las momias de Guanajuato es el tercer museo a nivel nacional con más visitantes, con alrededor de 600 mil al año, superado sólo por el Museo Nacional de Antropología e Historia y Papalote Museo del Niño.
Alejandro Navarro, presidente Municipal de Guanajuato, hizo un recuento a la OEM Guanajuato sobre el Vía Crucis que ha significado tratar de cumplir todos los requisitos que la federación ha impuesto al municipio para la construcción del nuevo museo, que podría generar ganancias de hasta 77 millones de pesos anuales.
AMLO Y LAS MOMIAS
Es sabido que la federación ya no encuentra de dónde obtener recursos para sus proyectos prioritarios. Pero de eso a que obstaculice la realización de obras que beneficien a los municipios cuando se conoce la inmensa problemática que tienen, por mencionar un tema, de seguridad, es inaudito.
Toda clase de pretextos ha usado la federación para tratar de impedir el beneficio de un ingreso directo al municipio. Desde calentarle la cabeza al presidente diciéndole que se iba a construir un centro comercial con momias (el área comercial abarca en el proyecto 7%), hasta el petate de la momia (más que del muerto mismo) de amenazar con perder el nombramiento de Ciudad Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Sólo les falta pedirles que las momias hablen, aunque eso sí se le ocurrió al director de la célebre película de El Santo.
El momiagate es un asunto político. La federación quiere las momias y los cuevanenses definitivamente no quieren dárselas. Es como si los guanajuatenses pidieran que el Palacio Nacional o el Estadio Azteca se trasladaran al Barrio de Pastita.
Más aún, las momias son vestigios de personas que existieron en Guanajuato y sin parte de la identidad ciudad y del estado.
CÓNCLAVE
El gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo realizó un cónclave con los hombres que han gobernado Guanajuato los últimos treinta años: Carlos Medina Plascencia, Juan Manuel Oliva Ramírez, Vicente Fox Quesada, Juan Carlos Romero Hicks y Miguel Márquez.
El recuento es favorable para el estado. Y lo más interesante: el llamado a cerrar filas ahora que viene 2024 y que la Cuarta Transformación va a hacer lo posible abollar la supremacía panista en Guanajuato.
