/ lunes 10 de mayo de 2021

RECUERDO INOLVIDABLE: BODAS DE ORO MAGISTERIALES

La semana pasada, compañeros de diferentes entidades de la República, nos reunimos en la ciudad de México para participar en un necesario y justo homenaje a la maestra Graciela Isabel Ochoa Buenrostro -orgullo de nuestro gremio y sólida columna del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación- con motivo del quincuagésimo aniversario de educar niños, jóvenes y adultos de nuestra Patria.

Entre los organizadores contamos a: Irma Hernández y Lucía Sandoval, ambas de la sección 26 de San Luis Potosí. Esperanza Vega de la sección 3 de Baja California Sur y Tere Abdó de la Fundación para la Cultura del Maestro. El conductor del programa fue Juan Pablo Sosa, de la sección 21 de Nuevo León y el ofrecimiento estuvo a cargo de Rafael Eduardo Mendoza, de la sección 5 de Coahuila. El compañero José Bernardo Segura, de la sección 21 de Nuevo León declamó una poesía que, con voz bien modulada, gustó mucho a la festejada.

El que esto escribe de la sección 13 de Guanajuato, tuvo el honor de hacer el brindis a la hora de la comida. De los mariachis se encargó la bonita pareja integrada por Yuri y Noé Carmona de la sección 50 de Nuevo León. El fundador de las escuelas telesecundarias en México, Álvaro Gálvez y Fuentes, escribió: “Ser maestro es ser llama, consumirse y dar luz”. La maestra Graciela con su sabiduría, iluminó el camino de los Grupos Técnicos Pedagógicos ---su obra y preocupación- fortaleciendo así al sindicato, pues siendo la esencia de éste, la defensa de los derechos laborales y profesionales, se rescató nuestra materia de trabajo: la educación, desde entonces somos testigos y actores.

Sería largo enumerar cada una de las actividades realizadas, por cierto, con bastante éxito, por el equipo encabezado por la maestra Chela, baste mencionar: ¡15 años!, integrando la subcomisión técnica SEP-SNTE a fin de revisar los reactivos para evaluar el Factor Preparación Profesional de Carrera Magisterial, ¡la joya de la corona! Pero, además la campaña nacional por el normalismo y la recuperación de las escuelas Normales, las asesorías para la ley de educación de cada uno de los estados, los cuatro congresos nacionales de Educación, los dos encuentros de padres de familia y maestros y… nos faltó espacio.

Agregó Gálvez y Fuentes: “Ser maestro es aprender una dulce canción de esperanza para que otros labios la repitan”. Los que tenemos el privilegio de trabajar con la maestra Graciela aprendimos a cantar un himno de amor a la vida y a nuestra profesión. En la historia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación su nombre quedará grabado con letras de oro por los invaluables servicios que le prestó y, en el libro de nuestros recuerdos, quedará escrito con la pluma del reconocimiento y la tinta indeleble de la gratitud.

Nos congratulamos de haber podido asistir a tan merecido homenaje, para saludarnos entre sí y expresarle personalmente, nuestra admiración a la maestra Chela por sus cincuenta años de ejercicio profesional y desearle muchas felicidades. Felicidades sin número, felicidades sin cuenta, en compañía de sus seres queridos.

La semana pasada, compañeros de diferentes entidades de la República, nos reunimos en la ciudad de México para participar en un necesario y justo homenaje a la maestra Graciela Isabel Ochoa Buenrostro -orgullo de nuestro gremio y sólida columna del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación- con motivo del quincuagésimo aniversario de educar niños, jóvenes y adultos de nuestra Patria.

Entre los organizadores contamos a: Irma Hernández y Lucía Sandoval, ambas de la sección 26 de San Luis Potosí. Esperanza Vega de la sección 3 de Baja California Sur y Tere Abdó de la Fundación para la Cultura del Maestro. El conductor del programa fue Juan Pablo Sosa, de la sección 21 de Nuevo León y el ofrecimiento estuvo a cargo de Rafael Eduardo Mendoza, de la sección 5 de Coahuila. El compañero José Bernardo Segura, de la sección 21 de Nuevo León declamó una poesía que, con voz bien modulada, gustó mucho a la festejada.

El que esto escribe de la sección 13 de Guanajuato, tuvo el honor de hacer el brindis a la hora de la comida. De los mariachis se encargó la bonita pareja integrada por Yuri y Noé Carmona de la sección 50 de Nuevo León. El fundador de las escuelas telesecundarias en México, Álvaro Gálvez y Fuentes, escribió: “Ser maestro es ser llama, consumirse y dar luz”. La maestra Graciela con su sabiduría, iluminó el camino de los Grupos Técnicos Pedagógicos ---su obra y preocupación- fortaleciendo así al sindicato, pues siendo la esencia de éste, la defensa de los derechos laborales y profesionales, se rescató nuestra materia de trabajo: la educación, desde entonces somos testigos y actores.

Sería largo enumerar cada una de las actividades realizadas, por cierto, con bastante éxito, por el equipo encabezado por la maestra Chela, baste mencionar: ¡15 años!, integrando la subcomisión técnica SEP-SNTE a fin de revisar los reactivos para evaluar el Factor Preparación Profesional de Carrera Magisterial, ¡la joya de la corona! Pero, además la campaña nacional por el normalismo y la recuperación de las escuelas Normales, las asesorías para la ley de educación de cada uno de los estados, los cuatro congresos nacionales de Educación, los dos encuentros de padres de familia y maestros y… nos faltó espacio.

Agregó Gálvez y Fuentes: “Ser maestro es aprender una dulce canción de esperanza para que otros labios la repitan”. Los que tenemos el privilegio de trabajar con la maestra Graciela aprendimos a cantar un himno de amor a la vida y a nuestra profesión. En la historia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación su nombre quedará grabado con letras de oro por los invaluables servicios que le prestó y, en el libro de nuestros recuerdos, quedará escrito con la pluma del reconocimiento y la tinta indeleble de la gratitud.

Nos congratulamos de haber podido asistir a tan merecido homenaje, para saludarnos entre sí y expresarle personalmente, nuestra admiración a la maestra Chela por sus cincuenta años de ejercicio profesional y desearle muchas felicidades. Felicidades sin número, felicidades sin cuenta, en compañía de sus seres queridos.