El día 01 del mes en curso, leí un artículo sobre una entrevista hecha a un dirigente chavista en Venezuela, donde la comentarista le planteó la realidad del hambre que lleva a gente en Venezuela a buscar comida en la basura; y la solución a este problema que dio el dirigente socialista fue acabar con los grandes restaurantes (1); para que la gente ya no pueda encontrar ni siquiera restos de alimentos en la basura. Algo así como proponer, que para erradicar el cáncer hay que acabar con todos los hospitales e instituciones que registran los casos de cáncer, para que al desaparecer los registros de estos casos, automáticamente desaparezca el cáncer. ¿Cómo calificarías tú este planteamiento: como racional o irracional?
Pues esta misma solución es la que plantea el partido de morena, ante la baja calificación que esta obteniendo su líder López Obrador en su política económica fuertemente socialista, la cual, ha comenzado a despertar alarmas en temas de inversión, de generación de empleos y de la estabilidad del peso. Tal como lo declaró el senador de morena Salomón Jara, al pedir que se le quite el permiso para operar en México a calificadoras internacionales como Standard & Poor’s, porque la evaluación que ha emitido en tema económico, dándola a conocer al público, esta haciendo quedar mal a su líder López Obrador (2).
Seguramente el Senador Jara, como muchos simpatizantes de la administración de López Obrador, consideran que el declive para la economía mexicana, desaparecerá si hacen desaparecer los registros que informan a la ciudadanía sobre este declive económico; de la misma manera que el dirigente chavista consideró que para acabar con el hambre hay que acabar con los restaurantes en Venezuela.
Me pregunto si los del partido de morena, también buscarán, entonces, quitarle el permiso para operar en México al Banco Central de México, pues al igual que la calificadora Standard & Poor’s, este Banco redujo su perspectiva de crecimiento para el país, el cual para este año oscilaba entre 1,7% y 2,7%, y lo ha bajado recientemente al 1,1 % y 2,1 % debido precisamente a las medidas erróneas que esta tomando la administración de Obrador (3). Y esto en definitiva, tampoco habla bien de su líder sentado actualmente en la silla presidencial.
El columnista Gerardo Garibay, editor de Wellington.mx, sostiene que la gran aceptación que en este momento tiene López Obrador, viene de campaña publicitaria y no de los hechos concretos, la gente cree que AMLO hace cosas que en realidad no están sucediendo (3). Y estoy de acuerdo con él.
Pues el arropamiento que esta recibiendo AMLO de los principales medios y de mayor influencia que en un gran número son de izquierda; el dinero derrochado a diestra y siniestra que esta dando a la gente para echársela en el bolsillo; la cuidadosa proyección carismática que se esta haciendo de su imagen a través de sus programas mañaneros; han venido a ser una campaña publicitaria bien pensada y planificada, y cabe reconocer que muy efectiva, para posicionarse en la mente de sus consumidores que no han desarrollado un sano discernimiento, y que fácilmente son manipulados para aplaudir sus acciones sin hacer la más mínima crítica objetiva.
Pero como mencionó John F. Kennedy: “Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.” Si no queremos permanecer engañados, será necesario despertar, y como dijo Gerardo Garibay, dejar de ser de los que solo se dejan arrastrar por campañas publicitarias y ser de los que evalúan por hechos concretos las acciones.
“Cuídense de esos mentirosos. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces.
Ustedes los pueden reconocer por sus acciones, pues no se cosechan uvas de los espinos ni higos de los cardos. –Mateo 7:15-16 DHH.”
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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.
