/ domingo 2 de diciembre de 2018

¿Qué importa?


Hoy en día se le presta mucha atención a la contaminación y el daño que ésta causa en los ríos, mares, animales, etc., lo cual se torna más importante en la medida que se ve el estrago que trae al ser humano y a su entorno.

Pero hay una contaminación más destructiva que esta, y de la que mucha gente suele tener una actitud de “¿qué importa?”, quizá porque no la ven como el agua y los alimentos que ingieren diariamente, ya que si estos estuvieran contaminados seguramente pegarían el grito de alarma.

Pero el hecho de que no se quiera ver, eso no quita de lado que exista la contaminación de las mentiras, mentiras que se escuchan por todos lados en el mundo de las ideas, las cuales se ingieren diariamente en lo que se escucha en el mundo de la academia, de las artes, del entretenimiento, de la literatura, de los medios de comunicación, y aunque suene duro decirlo, aún en muchas iglesias de las distintas denominaciones cristianas que existen.

Puede parecerte una exageración lo que afirmo, pero te invito a considerar que si el mundo estuviese inundado por la verdad en las ideas, todas las soluciones que se plantean para combatir la pobreza, la inseguridad, la corrupción, desde cuando estuviesen dando resultados favorables, desde cuando estuviesen estos problemas erradicados, o por lo menos en vías de su erradicación.

La verdad siempre ha podido sostenerse por sí misma, son las mentiras las que necesitan protección para no caer, protección de quienes tienen el interés de mantenerlas en pie.

Muchos pueden preferir las mentiras a la verdad, porque muchas veces la verdad puede resultar dolorosa, ya que llega a exponer la realidad en toda su fealdad, y muchos prefieren creer la falsa esperanza que las cosas no van tan mal y que en algún momento las cosas se compondrán solas. Algo así como cuando alguien prefiere no saber la verdad de su grave enfermedad, creyendo que si la desconoce, los síntomas desaparecerán algún día; pero todos sabemos que no sucederá así y que es un engaño para quien piensa de esa manera.

La contaminación de las mentiras es muy peligrosa. La verdad y sólo la verdad de Dios nos liberará de esta contaminación destructiva. Debemos estar dispuestos a conocer toda la verdad sin importar lo feo o doloroso que sea, darnos cuenta de cómo las mentiras en las ideas están contaminando con graves daños nuestra nación, ¿o es que acaso vamos a seguir aceptando que no pasa nada malo con este país, que tenemos una maravilla de cultura social, política, económica y en los hogares?

Debemos estar dispuestos a conocer y defender la verdad revelada por parte de Dios a través de su Palabra, sabiendo que es nuestra única salida, especialmente para reconstruir la cultura.

“Hay solo un curso recto, y es la de buscar la verdad y seguirla de manera constante”. –George Washington.

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí” –Jesucristo.


Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.


Hoy en día se le presta mucha atención a la contaminación y el daño que ésta causa en los ríos, mares, animales, etc., lo cual se torna más importante en la medida que se ve el estrago que trae al ser humano y a su entorno.

Pero hay una contaminación más destructiva que esta, y de la que mucha gente suele tener una actitud de “¿qué importa?”, quizá porque no la ven como el agua y los alimentos que ingieren diariamente, ya que si estos estuvieran contaminados seguramente pegarían el grito de alarma.

Pero el hecho de que no se quiera ver, eso no quita de lado que exista la contaminación de las mentiras, mentiras que se escuchan por todos lados en el mundo de las ideas, las cuales se ingieren diariamente en lo que se escucha en el mundo de la academia, de las artes, del entretenimiento, de la literatura, de los medios de comunicación, y aunque suene duro decirlo, aún en muchas iglesias de las distintas denominaciones cristianas que existen.

Puede parecerte una exageración lo que afirmo, pero te invito a considerar que si el mundo estuviese inundado por la verdad en las ideas, todas las soluciones que se plantean para combatir la pobreza, la inseguridad, la corrupción, desde cuando estuviesen dando resultados favorables, desde cuando estuviesen estos problemas erradicados, o por lo menos en vías de su erradicación.

La verdad siempre ha podido sostenerse por sí misma, son las mentiras las que necesitan protección para no caer, protección de quienes tienen el interés de mantenerlas en pie.

Muchos pueden preferir las mentiras a la verdad, porque muchas veces la verdad puede resultar dolorosa, ya que llega a exponer la realidad en toda su fealdad, y muchos prefieren creer la falsa esperanza que las cosas no van tan mal y que en algún momento las cosas se compondrán solas. Algo así como cuando alguien prefiere no saber la verdad de su grave enfermedad, creyendo que si la desconoce, los síntomas desaparecerán algún día; pero todos sabemos que no sucederá así y que es un engaño para quien piensa de esa manera.

La contaminación de las mentiras es muy peligrosa. La verdad y sólo la verdad de Dios nos liberará de esta contaminación destructiva. Debemos estar dispuestos a conocer toda la verdad sin importar lo feo o doloroso que sea, darnos cuenta de cómo las mentiras en las ideas están contaminando con graves daños nuestra nación, ¿o es que acaso vamos a seguir aceptando que no pasa nada malo con este país, que tenemos una maravilla de cultura social, política, económica y en los hogares?

Debemos estar dispuestos a conocer y defender la verdad revelada por parte de Dios a través de su Palabra, sabiendo que es nuestra única salida, especialmente para reconstruir la cultura.

“Hay solo un curso recto, y es la de buscar la verdad y seguirla de manera constante”. –George Washington.

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí” –Jesucristo.


Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.