/ viernes 27 de mayo de 2022

¿Pronto tendremos un guanajuatense como gobernador o presidente en Estados Unidos?

Si un apellido influye en la política de los Estados Unidos ése es el de los Bush. ¿Se imaginan que un miembro de esa familia tradicionalmente influyente en las elecciones de la Unión Americana fuera guanajuatense? Pues George P. Bush es hijo de Jeb Bush (ex gobernador de Florida) y de Columba Garnica Gallo, oriunda de León, Guanajuato. Es decir, y gracias a la reforma al artículo 30 constitucional del 2021, ¡George P. Bush (Garnica) ya es mexicano y guanajuatense!

¿Por qué llama la atención este integrante de la familia Bush? El pasado 25 de mayo George P. Bush fue candidato para Attorney General of Texas (un puesto semejante a la Procuraduría General de Justicia). Aunque el resultado no lo terminó favoreciendo, sí escaló al máximo escenario de la contienda política de Estados Unidos. Pareciera que esta situación nos debería ser ajena a los mexicanos, no obstante, se trata de un ejemplo del impacto que puede tener la reforma constitucional al artículo 30. Ejemplo de ello es que nos abre una puerta de influencia en la Unión Americana que históricamente hemos tenido cerrada.

En semanas pasadas, el Senado de la República de México organizó el Foro Nacionalidad y Futuro: extensión de nacionalidad a hijos de mexicanos en el extranjero, en el que especialistas, políticos y servidores públicos de primer nivel debatieron sobre cuáles podrían ser los impactos positivos de esta reforma. La mayoría coincidieron en que los nuevos mexicanos (se estima que son aproximadamente 38 millones más de connacionales) tienen la oportunidad de adoptar un liderazgo político que ayude a impulsar un desarrollo integral entre México y Estados Unidos.

En este contexto, algunos analistas se preguntan ¿qué impacto tiene la presencia en el escenario político de Estados Unidos de un mexicano de segunda o tercera generación como George P. Bush? Siempre que se lleva a cabo un proceso electoral en la Unión Americana, el tema de migración es uno de los ingredientes especiales que le dan sabor a los debates entre demócratas y republicanos. No olvidemos que Donald Trump forjó parte de su triunfo en su campaña presidencial al crear un discurso antimigrante que, incluso, endureció durante todo su mandato y con el que ganó miles de adeptos que hoy, paradójicamente, ya no saben dónde meter la cabeza.

En este sentido, con la reforma al artículo 30 se abre la posibilidad para nuestro país de que más México-americanos aspiren a puestos clave en el gobierno estadounidense. En consecuencia, estos nuevos mexicanos tienen la oportunidad de convertirse no sólo en portavoces de sus raíces sino en figuras estratégicas para los intereses de México. Por ejemplo, tendrían la capacidad de empujar una Reforma Migratoria que legalice la situación de millones de indocumentados que radican en Estados Unidos (muchos de ellos primos, tíos o amigos suyos, por cierto). De igual forma, podrían impulsar un desarrollo comercial, cultural y diplomático en el que se beneficien a ciudadanos de ambos países.

La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde llegará en su carrera política algún Smith-Pérez, García-Jones o Williams-Sánchez que ya sean nuestros paisanos? Analistas de Estados Unidos auguran que cada vez está más cerca el día en que algún México-americano puede no sólo gobernar uno de sus estados sino también despachar desde la Casa Blanca. ¿Se imaginan la cara de Donald Trump al ver a un paisano nuestro sentarse en la silla que nunca llenó?

Independientemente del resultado que obtuvo en las elecciones de Texas, el guanajuatense George P. Bush ya compite en las “grandes ligas” de la política estadounidense. Y sumemos que proviene de una familia que ha tenido una relación con México muy trascedente. Su abuelo George H. Bush impulsó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Su tío George W. Bush trabajó con Vicente Fox Quesada lo que en medios llamaron “el siglo de los americanos”. ¿Y de su padre Jeb Bush qué podemos decir… si se le conoce como el “más hispano” de la familia? Por lo pronto, estimado George P. Bush, ¿hay alguna posibilidad de ver pronto a un Gobernador de Texas de apellidos Bush-Garnica? Mientras esto sucede, te invitamos a conocer a nuestro Gobernador, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, un joven con tus mismas raíces leonesas y con el que, seguramente, podrían engrandecer juntos aún más a nuestro Guanajuato.

Si un apellido influye en la política de los Estados Unidos ése es el de los Bush. ¿Se imaginan que un miembro de esa familia tradicionalmente influyente en las elecciones de la Unión Americana fuera guanajuatense? Pues George P. Bush es hijo de Jeb Bush (ex gobernador de Florida) y de Columba Garnica Gallo, oriunda de León, Guanajuato. Es decir, y gracias a la reforma al artículo 30 constitucional del 2021, ¡George P. Bush (Garnica) ya es mexicano y guanajuatense!

¿Por qué llama la atención este integrante de la familia Bush? El pasado 25 de mayo George P. Bush fue candidato para Attorney General of Texas (un puesto semejante a la Procuraduría General de Justicia). Aunque el resultado no lo terminó favoreciendo, sí escaló al máximo escenario de la contienda política de Estados Unidos. Pareciera que esta situación nos debería ser ajena a los mexicanos, no obstante, se trata de un ejemplo del impacto que puede tener la reforma constitucional al artículo 30. Ejemplo de ello es que nos abre una puerta de influencia en la Unión Americana que históricamente hemos tenido cerrada.

En semanas pasadas, el Senado de la República de México organizó el Foro Nacionalidad y Futuro: extensión de nacionalidad a hijos de mexicanos en el extranjero, en el que especialistas, políticos y servidores públicos de primer nivel debatieron sobre cuáles podrían ser los impactos positivos de esta reforma. La mayoría coincidieron en que los nuevos mexicanos (se estima que son aproximadamente 38 millones más de connacionales) tienen la oportunidad de adoptar un liderazgo político que ayude a impulsar un desarrollo integral entre México y Estados Unidos.

En este contexto, algunos analistas se preguntan ¿qué impacto tiene la presencia en el escenario político de Estados Unidos de un mexicano de segunda o tercera generación como George P. Bush? Siempre que se lleva a cabo un proceso electoral en la Unión Americana, el tema de migración es uno de los ingredientes especiales que le dan sabor a los debates entre demócratas y republicanos. No olvidemos que Donald Trump forjó parte de su triunfo en su campaña presidencial al crear un discurso antimigrante que, incluso, endureció durante todo su mandato y con el que ganó miles de adeptos que hoy, paradójicamente, ya no saben dónde meter la cabeza.

En este sentido, con la reforma al artículo 30 se abre la posibilidad para nuestro país de que más México-americanos aspiren a puestos clave en el gobierno estadounidense. En consecuencia, estos nuevos mexicanos tienen la oportunidad de convertirse no sólo en portavoces de sus raíces sino en figuras estratégicas para los intereses de México. Por ejemplo, tendrían la capacidad de empujar una Reforma Migratoria que legalice la situación de millones de indocumentados que radican en Estados Unidos (muchos de ellos primos, tíos o amigos suyos, por cierto). De igual forma, podrían impulsar un desarrollo comercial, cultural y diplomático en el que se beneficien a ciudadanos de ambos países.

La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde llegará en su carrera política algún Smith-Pérez, García-Jones o Williams-Sánchez que ya sean nuestros paisanos? Analistas de Estados Unidos auguran que cada vez está más cerca el día en que algún México-americano puede no sólo gobernar uno de sus estados sino también despachar desde la Casa Blanca. ¿Se imaginan la cara de Donald Trump al ver a un paisano nuestro sentarse en la silla que nunca llenó?

Independientemente del resultado que obtuvo en las elecciones de Texas, el guanajuatense George P. Bush ya compite en las “grandes ligas” de la política estadounidense. Y sumemos que proviene de una familia que ha tenido una relación con México muy trascedente. Su abuelo George H. Bush impulsó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Su tío George W. Bush trabajó con Vicente Fox Quesada lo que en medios llamaron “el siglo de los americanos”. ¿Y de su padre Jeb Bush qué podemos decir… si se le conoce como el “más hispano” de la familia? Por lo pronto, estimado George P. Bush, ¿hay alguna posibilidad de ver pronto a un Gobernador de Texas de apellidos Bush-Garnica? Mientras esto sucede, te invitamos a conocer a nuestro Gobernador, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, un joven con tus mismas raíces leonesas y con el que, seguramente, podrían engrandecer juntos aún más a nuestro Guanajuato.