/ sábado 11 de mayo de 2019

PALABRAS

EL RECUERDO DE MI MADRE

Hoy quise recordarte madre amada, quise renovar mis recuerdos que no se han perdido desde que de tu mano me dirigías, y cuando tus besos me cubrían, y tus manos me acariciaban, y mi cabeza se recostaba en tu pecho, ahí oía el latido de tu corazón, recordé cuando tus manos me acariciaban, y tus besos quedaban en mi alma, hoy madre amadísima, la única, la perfecta, la benévola, la llena de ternura, hoy madre te anido en mi corazón, y va para ti una cálida oración, llena de agradecimiento, por tanta paciencia conmigo, tanta ternura, que salía de tu corazón.

Nunca te he echado al olvido, siempre estas espiritualmente dentro muy dentro de mí, porque forjaste mi vida, sembraste, buenos sentimientos, me enseñaste a invocar a Dios, me enseñaste a amarlo con toda el alma y con todas las fuerzas de mi corazón. Hoy madre amada, solo una lágrima sale de mis ojos, al recordarte en este sagrado día, pues fuiste mi forjadora, fuiste mi consejera, fuiste el ser que me dio la vida, y desde la cuna sentí tus caricias, tus besos, tus apapachos y consentiste con enorme paciencia mis tremendas travesuras, me aconsejaste, me apapachaste, me llenaste de caricias y de besos, asi trascurrió muestras vidas, y hoy te recuerdo con amor, con veneración y siento que tu labor no fue en vano pues forjaste hombres y mujeres de valor y de honestidad.

Sembraste una cosecha interminable con valores, con moral, con respeto a la sociedad, con misericordia para los más pobres, sembraste madre con tu amor y dedicación un mundo maravilloso para mí y por eso hoy madre amadísima te mando un beso al más allá donde no hay sufrimiento, donde no hay miserias, ni hambre, ni pobrezas pues creo que junto a Dios está el verdadero paraíso para la humanidad que se amó con pasión. Descansa en paz madre inolvidable.

EL RECUERDO DE MI MADRE

Hoy quise recordarte madre amada, quise renovar mis recuerdos que no se han perdido desde que de tu mano me dirigías, y cuando tus besos me cubrían, y tus manos me acariciaban, y mi cabeza se recostaba en tu pecho, ahí oía el latido de tu corazón, recordé cuando tus manos me acariciaban, y tus besos quedaban en mi alma, hoy madre amadísima, la única, la perfecta, la benévola, la llena de ternura, hoy madre te anido en mi corazón, y va para ti una cálida oración, llena de agradecimiento, por tanta paciencia conmigo, tanta ternura, que salía de tu corazón.

Nunca te he echado al olvido, siempre estas espiritualmente dentro muy dentro de mí, porque forjaste mi vida, sembraste, buenos sentimientos, me enseñaste a invocar a Dios, me enseñaste a amarlo con toda el alma y con todas las fuerzas de mi corazón. Hoy madre amada, solo una lágrima sale de mis ojos, al recordarte en este sagrado día, pues fuiste mi forjadora, fuiste mi consejera, fuiste el ser que me dio la vida, y desde la cuna sentí tus caricias, tus besos, tus apapachos y consentiste con enorme paciencia mis tremendas travesuras, me aconsejaste, me apapachaste, me llenaste de caricias y de besos, asi trascurrió muestras vidas, y hoy te recuerdo con amor, con veneración y siento que tu labor no fue en vano pues forjaste hombres y mujeres de valor y de honestidad.

Sembraste una cosecha interminable con valores, con moral, con respeto a la sociedad, con misericordia para los más pobres, sembraste madre con tu amor y dedicación un mundo maravilloso para mí y por eso hoy madre amadísima te mando un beso al más allá donde no hay sufrimiento, donde no hay miserias, ni hambre, ni pobrezas pues creo que junto a Dios está el verdadero paraíso para la humanidad que se amó con pasión. Descansa en paz madre inolvidable.

ÚLTIMASCOLUMNAS