/ sábado 17 de marzo de 2018

PALABRAS

HAYDEE ORTIZ D BALANDRAN

“LA MADRE Y EL PADRE BASE Y FUNDAMENTO EN LA FORMACIÓN DEL NIÑO”

En el hogar la madre y el padre son la célula fundamental en la educación del niño o de la niña. Si en un hogar la madre y el padre le inculca buenos ejemplos de cortesía, de amabilidad, de ternura, de compasión, de solidaridad, le da buenos ejemplos y le enseña lo principal amar a Dios, lo induce a conocer lo principal de la enormidad de la bondad de Dios, de confiar en él en todo momento, en cada aflicción, y momentos de gran peligro y de saber que Dios es nuestro faro de amor, de sentimientos de alegría y consuelo en los desatinos que en ocasiones la vida nos va presentando.

Con esta enseñanza de amor maternal, y paternal de dedicación, estarán sembrando en su alma y corazón un niño bueno, o una niña sanos, obedientes, y crecerá en su carácter para hacerlo un individuo con mente sana con un corazón enorme hacía su prójimo. Sentir compasión por los más pobres, por los más desamparados. Será en su escuela un ejemplo digno de sus padres.

Porque en la formación de un individuo el padre es también básico e indispensable para crear individuos sanos tanto por dentro como por fuera. Ahora en estos tiempos es cuando la madre y el padre deben estar muy alerta con sus niños, ahora que hay tantos ataques para distorsionar la mente de los niños con mensajes antirreligiosos que hacen y dañan la conducta de los niños.

Hoy más que nunca las mamás que están en trabajos fuera de casa y que trabajan para ayudar en la manutención del hogar, deben de tener y procurar un acercamiento más a diario con sus niños. Saber con quién se juntan, como piensan sus amigos, si son de confiar, sino los inducen a conductas inapropiadas es cuando los padres deben intervenir antes de que presente un problema sin solución tratándose de niños pequeños.

Y cuando ya son adolescentes trabar a diario conversaciones con sus hijos. Si se ganan la confianza permanente de sus hijos cualquier problema que se presente a lo largo de sus vidas, nosotros los padres estaremos pronto para ayudarlos, orientarlos, sacarlos de cualquier problema propio de la juventud de ahora, de su manera de comportarse.

Pues en muchos medios de información los inducen a conductas inapropiadas y las pasan como buenas, por ejemplo ya no es novedad que algunos jóvenes se inclinen por llevar a diestra y siniestra sus juntas con compañeros y lleven en un libertinaje de relaciones sexuales sin control, sin protección, y a primera llamada se viene un embarazo no deseado y se frustran y algunos cuando no tienen en quién confiar su problema se suicidan.

Es por eso que tanto padres como madres, sepan cautivar la confianza de la comunicación con sus hijos. He ahí el meollo del asunto familiar que tanto el padre como la madre sepan adentrarse en el corazón y en el alma de sus hijos, para que al primer problema morrocotudo que los jóvenes, o los niños y niñas sepan encontrar en su madre y en su padre el bastón de la seguridad y de la resolución del problema que los aqueja. En otras ocasiones se fugan de su casa y van a parar con toda seguridad en las redes de los explotadores del comercio carnal, de la prostitución, caen en las mafias de la droga y se pierden para siempre en la escoria y basura humana de la sociedad.


HAYDEE ORTIZ D BALANDRAN

“LA MADRE Y EL PADRE BASE Y FUNDAMENTO EN LA FORMACIÓN DEL NIÑO”

En el hogar la madre y el padre son la célula fundamental en la educación del niño o de la niña. Si en un hogar la madre y el padre le inculca buenos ejemplos de cortesía, de amabilidad, de ternura, de compasión, de solidaridad, le da buenos ejemplos y le enseña lo principal amar a Dios, lo induce a conocer lo principal de la enormidad de la bondad de Dios, de confiar en él en todo momento, en cada aflicción, y momentos de gran peligro y de saber que Dios es nuestro faro de amor, de sentimientos de alegría y consuelo en los desatinos que en ocasiones la vida nos va presentando.

Con esta enseñanza de amor maternal, y paternal de dedicación, estarán sembrando en su alma y corazón un niño bueno, o una niña sanos, obedientes, y crecerá en su carácter para hacerlo un individuo con mente sana con un corazón enorme hacía su prójimo. Sentir compasión por los más pobres, por los más desamparados. Será en su escuela un ejemplo digno de sus padres.

Porque en la formación de un individuo el padre es también básico e indispensable para crear individuos sanos tanto por dentro como por fuera. Ahora en estos tiempos es cuando la madre y el padre deben estar muy alerta con sus niños, ahora que hay tantos ataques para distorsionar la mente de los niños con mensajes antirreligiosos que hacen y dañan la conducta de los niños.

Hoy más que nunca las mamás que están en trabajos fuera de casa y que trabajan para ayudar en la manutención del hogar, deben de tener y procurar un acercamiento más a diario con sus niños. Saber con quién se juntan, como piensan sus amigos, si son de confiar, sino los inducen a conductas inapropiadas es cuando los padres deben intervenir antes de que presente un problema sin solución tratándose de niños pequeños.

Y cuando ya son adolescentes trabar a diario conversaciones con sus hijos. Si se ganan la confianza permanente de sus hijos cualquier problema que se presente a lo largo de sus vidas, nosotros los padres estaremos pronto para ayudarlos, orientarlos, sacarlos de cualquier problema propio de la juventud de ahora, de su manera de comportarse.

Pues en muchos medios de información los inducen a conductas inapropiadas y las pasan como buenas, por ejemplo ya no es novedad que algunos jóvenes se inclinen por llevar a diestra y siniestra sus juntas con compañeros y lleven en un libertinaje de relaciones sexuales sin control, sin protección, y a primera llamada se viene un embarazo no deseado y se frustran y algunos cuando no tienen en quién confiar su problema se suicidan.

Es por eso que tanto padres como madres, sepan cautivar la confianza de la comunicación con sus hijos. He ahí el meollo del asunto familiar que tanto el padre como la madre sepan adentrarse en el corazón y en el alma de sus hijos, para que al primer problema morrocotudo que los jóvenes, o los niños y niñas sepan encontrar en su madre y en su padre el bastón de la seguridad y de la resolución del problema que los aqueja. En otras ocasiones se fugan de su casa y van a parar con toda seguridad en las redes de los explotadores del comercio carnal, de la prostitución, caen en las mafias de la droga y se pierden para siempre en la escoria y basura humana de la sociedad.


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