/ viernes 22 de julio de 2022

Los Derechos proceden del Creador, no del Gobierno

Hojeando uno de los libros que tengo en casa, me encontré con el siguiente encabezado en uno de los capítulos: “los derechos proceden del Creador, no del gobierno.”

Esta es una gran verdad que necesitamos comprender para salir de las continuas crisis en las que los pueblos se han visto inmersos vez tras vez, por esta razón, quiero hablar al respecto.

A lo largo de la historia, vemos la tendencia del hombre a dictar sobre los demás hombres cómo deben vivir y cuáles deben ser sus derechos, pero claro, desde la perspectiva autónoma de estos dictadores, es decir, hombres entronados como dioses por otros hombres, como es el caso de monarcas, faraones, califas, emperadores, etc., del cual podemos mencionar al rey Jacobo I de Inglaterra, quién defendía y hablaba “del derecho divino de los reyes”, queriendo decir que a los gobernantes se les confería una autoridad divina para establecer sus propias leyes y derechos para ser aplicados sobre sus súbditos, pero no ser aplicados para ellos.

Nada diferente a la sociedad actual, donde los que ostentan los puestos de poder tienden a establecer sus propias leyes y definir los derechos que ellos consideran deben otorgar a los ciudadanos, los cuales en realidad aplican solo a los gobernados para mal, pero en muchos casos no a la élite en el poder, ya que son leyes y derechos que en realidad solo protegen intereses particulares de los gobernantes y de quienes ellos quieren complacer.

Sin embargo, esta práctica que ha venido siendo así por poco más de quinientos años en este país, no ha sido capaz de llevarnos a mejores horizontes, sino todo lo contrario.

Precisamente porque este pueblo nunca ha conocido los derechos que le han sido conferidos por su Creador. Se nos ha enseñado mucha religión, pero nunca se nos han enseñado los derechos inalienables que se nos han dado por parte del Creador, y que se encuentran establecidos en el documento Bíblico.

Por lo tanto, esta ignorancia nos ha llevado a revertir el orden y sufrir severas consecuencias, al concebir que el poder de la deidad fluye hacia los gobernantes y de ahí al pueblo, tal como creían los antiguos monarcas de la historia, cuando en realidad el poder fluye de la Deidad hacia el pueblo y después a los gobernantes.

Ya que son las personas las que conociendo sus derechos dados por su Creador, deben instituir gobiernos conocedores y respetuosos de estos derechos para que los salvaguarden y no para que actúen de manera autónoma a ellos, sino sabiendo que también estas leyes y normas aplican a ellos como gobernantes.

Las personas no deberían instituir gobiernos para que estos se inventen leyes y derechos, sino para salvaguardar los que ya han sido establecidos por una fuente suprema que esta por encima del Gobierno, y esta fuente es el Creador.

Esta es la única forma que tienen los pueblos para preservar sus derechos y que los Gobiernos no puedan quitarles.

Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime. (Proverbios 29:2 NTV).”

Yo les he enseñado las leyes y los decretos que el Señor mi Dios me ordenó, para que los pongan en práctica en el país que van a ocupar.

Cúmplanlos y practíquenlos, porque de esta manera los pueblos reconocerán que en ustedes hay sabiduría y entendimiento, ya que cuando conozcan estas leyes no podrán menos que decir: “¡Qué sabia y entendida es esta gran nación!”…. ¿Y qué nación hay tan grande que tenga leyes y decretos tan justos como toda esta enseñanza que yo les presento hoy?
Así pues, tengan mucho cuidado de no olvidar las cosas que han visto, ni de apartarlas jamás de su pensamiento; por el contrario, explíquenlas a sus hijos y a sus nietos. (Deuteronomio 4:5-9 DHH).”

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.



Hojeando uno de los libros que tengo en casa, me encontré con el siguiente encabezado en uno de los capítulos: “los derechos proceden del Creador, no del gobierno.”

Esta es una gran verdad que necesitamos comprender para salir de las continuas crisis en las que los pueblos se han visto inmersos vez tras vez, por esta razón, quiero hablar al respecto.

A lo largo de la historia, vemos la tendencia del hombre a dictar sobre los demás hombres cómo deben vivir y cuáles deben ser sus derechos, pero claro, desde la perspectiva autónoma de estos dictadores, es decir, hombres entronados como dioses por otros hombres, como es el caso de monarcas, faraones, califas, emperadores, etc., del cual podemos mencionar al rey Jacobo I de Inglaterra, quién defendía y hablaba “del derecho divino de los reyes”, queriendo decir que a los gobernantes se les confería una autoridad divina para establecer sus propias leyes y derechos para ser aplicados sobre sus súbditos, pero no ser aplicados para ellos.

Nada diferente a la sociedad actual, donde los que ostentan los puestos de poder tienden a establecer sus propias leyes y definir los derechos que ellos consideran deben otorgar a los ciudadanos, los cuales en realidad aplican solo a los gobernados para mal, pero en muchos casos no a la élite en el poder, ya que son leyes y derechos que en realidad solo protegen intereses particulares de los gobernantes y de quienes ellos quieren complacer.

Sin embargo, esta práctica que ha venido siendo así por poco más de quinientos años en este país, no ha sido capaz de llevarnos a mejores horizontes, sino todo lo contrario.

Precisamente porque este pueblo nunca ha conocido los derechos que le han sido conferidos por su Creador. Se nos ha enseñado mucha religión, pero nunca se nos han enseñado los derechos inalienables que se nos han dado por parte del Creador, y que se encuentran establecidos en el documento Bíblico.

Por lo tanto, esta ignorancia nos ha llevado a revertir el orden y sufrir severas consecuencias, al concebir que el poder de la deidad fluye hacia los gobernantes y de ahí al pueblo, tal como creían los antiguos monarcas de la historia, cuando en realidad el poder fluye de la Deidad hacia el pueblo y después a los gobernantes.

Ya que son las personas las que conociendo sus derechos dados por su Creador, deben instituir gobiernos conocedores y respetuosos de estos derechos para que los salvaguarden y no para que actúen de manera autónoma a ellos, sino sabiendo que también estas leyes y normas aplican a ellos como gobernantes.

Las personas no deberían instituir gobiernos para que estos se inventen leyes y derechos, sino para salvaguardar los que ya han sido establecidos por una fuente suprema que esta por encima del Gobierno, y esta fuente es el Creador.

Esta es la única forma que tienen los pueblos para preservar sus derechos y que los Gobiernos no puedan quitarles.

Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime. (Proverbios 29:2 NTV).”

Yo les he enseñado las leyes y los decretos que el Señor mi Dios me ordenó, para que los pongan en práctica en el país que van a ocupar.

Cúmplanlos y practíquenlos, porque de esta manera los pueblos reconocerán que en ustedes hay sabiduría y entendimiento, ya que cuando conozcan estas leyes no podrán menos que decir: “¡Qué sabia y entendida es esta gran nación!”…. ¿Y qué nación hay tan grande que tenga leyes y decretos tan justos como toda esta enseñanza que yo les presento hoy?
Así pues, tengan mucho cuidado de no olvidar las cosas que han visto, ni de apartarlas jamás de su pensamiento; por el contrario, explíquenlas a sus hijos y a sus nietos. (Deuteronomio 4:5-9 DHH).”

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.