/ sábado 10 de octubre de 2020

Lo que todos deberían saber antes de vender

Manuel estaba en su escritorio trabajando cuando llegó Jaime, un compañero de oficina, para obsequiarle una bonita bolsa de yute con un lazo rústico que contenía un frasco mediano que cuya etiqueta decía: Salsa Picante Gourmet y tenía realmente buen aspecto. Manuel recibió el regalo con gusto, y escuchó atentamente la historia detrás de este buen detalle.

Jaime y su esposa Julia construyeron en su casa un pequeño huerto durante la pandemia, que les generó tanta comida que además de cubrir sus necesidades hubo excedentes, así que comenzaron a experimentar preparando alimentos en conservas. En una de esas ocasiones, prepararon salsas y les gustaron tanto que regalaron algunas a amigos y familiares. A todos les encantó y una tía de Julia, les sugirió que comenzaran a venderlas para obtener ingresos extras, les pareció una gran idea. Buscaron proveedores de envases y de las bolsas de yute. Su vecino es estudiante de diseño gráfico y se encargó de elaborar la etiqueta.

Jaime estaba muy emocionado contando a Manuel cómo comenzaron a producir más y la favorable respuesta de la gente. Un tema llevó a otro y de repente, platicaban sobre el crecimiento del mercado artesanal, coincidiendo en que es una gran oportunidad de negocio, Manuel dijo que ha visto gente que paga fuertes cantidades por alimentos gourmet debido a que no tienen conservadores, colorantes y demás químicos que se consideran dañinos.

Mientras intercambiaban ideas, llegó Julia, quien trabaja en la misma oficina con ellos y a diferencia de su marido, fue directo al grano: le dio a Manuel los precios sin que se los hubiera pedido. Además, como escuchó parte de la conversación entre ellos, Julia le preguntó nombres de las tiendas de productos gourmet y los precios, y le pidió que recomiende sus productos con todos sus conocidos.

Manuel quedó sorprendido, no recordaba las tiendas ni los precios ya que no es consumidor frecuente de esos productos. Dijo que sí la recomendaría y al final cada quien se fue a su escritorio. Le pregunté si la salsa le había gustado, respondió que está deliciosa pero que desde que recibió el frasco, tiene a Julia encima preguntando cuándo hará un pedido y solicitándole referidos.

¿Qué fue lo que pasó? Manuel sintió que era una muestra de la amistad que tienen, porque además del regalo, Jaime le compartió los problemas iniciales de la producción, ya que fue tardaron en encontrar la fórmula ideal y frascos que además de bonitos fueran resistentes. Además, también se enteró que la marca se lanzó tan rápido por el miedo de ambos a perder el empleo ya que tienen varias deudas encima. Resultó ser una plática muy relajada y amena hasta que llegó Julia, quien de inmediato presionó e hizo sentir a Manuel que le daban la muestra solo para que después comprara y generara más clientes a través de sus conocidos. Eso le molestó mucho.

Por un lado, trataba de comprender a Julia ya que cada muestra es un producto que se va sin dejar ganancia, pero considera que pudo ser más amable. Otro detalle importante que le llamó la atención es que no han investigado a fondo su mercado, ya que no conocen marcas ni puntos de venta de su competencia.

Al final, quedó claro que le compraría a Jaime y que Julia debería mejorar su forma de comunicar para ser más cálida con los clientes potenciales

Y esta es la historia de dos vendedores diferentes con un mismo producto. ¿Por qué uno da resultados y otro no? ¿Le comprarías a Julia?

Gracias por leer.


Recuerda, “si fuera fácil, cualquiera lo haría bien”.


Mariana.pefer@gmail.com


Manuel estaba en su escritorio trabajando cuando llegó Jaime, un compañero de oficina, para obsequiarle una bonita bolsa de yute con un lazo rústico que contenía un frasco mediano que cuya etiqueta decía: Salsa Picante Gourmet y tenía realmente buen aspecto. Manuel recibió el regalo con gusto, y escuchó atentamente la historia detrás de este buen detalle.

Jaime y su esposa Julia construyeron en su casa un pequeño huerto durante la pandemia, que les generó tanta comida que además de cubrir sus necesidades hubo excedentes, así que comenzaron a experimentar preparando alimentos en conservas. En una de esas ocasiones, prepararon salsas y les gustaron tanto que regalaron algunas a amigos y familiares. A todos les encantó y una tía de Julia, les sugirió que comenzaran a venderlas para obtener ingresos extras, les pareció una gran idea. Buscaron proveedores de envases y de las bolsas de yute. Su vecino es estudiante de diseño gráfico y se encargó de elaborar la etiqueta.

Jaime estaba muy emocionado contando a Manuel cómo comenzaron a producir más y la favorable respuesta de la gente. Un tema llevó a otro y de repente, platicaban sobre el crecimiento del mercado artesanal, coincidiendo en que es una gran oportunidad de negocio, Manuel dijo que ha visto gente que paga fuertes cantidades por alimentos gourmet debido a que no tienen conservadores, colorantes y demás químicos que se consideran dañinos.

Mientras intercambiaban ideas, llegó Julia, quien trabaja en la misma oficina con ellos y a diferencia de su marido, fue directo al grano: le dio a Manuel los precios sin que se los hubiera pedido. Además, como escuchó parte de la conversación entre ellos, Julia le preguntó nombres de las tiendas de productos gourmet y los precios, y le pidió que recomiende sus productos con todos sus conocidos.

Manuel quedó sorprendido, no recordaba las tiendas ni los precios ya que no es consumidor frecuente de esos productos. Dijo que sí la recomendaría y al final cada quien se fue a su escritorio. Le pregunté si la salsa le había gustado, respondió que está deliciosa pero que desde que recibió el frasco, tiene a Julia encima preguntando cuándo hará un pedido y solicitándole referidos.

¿Qué fue lo que pasó? Manuel sintió que era una muestra de la amistad que tienen, porque además del regalo, Jaime le compartió los problemas iniciales de la producción, ya que fue tardaron en encontrar la fórmula ideal y frascos que además de bonitos fueran resistentes. Además, también se enteró que la marca se lanzó tan rápido por el miedo de ambos a perder el empleo ya que tienen varias deudas encima. Resultó ser una plática muy relajada y amena hasta que llegó Julia, quien de inmediato presionó e hizo sentir a Manuel que le daban la muestra solo para que después comprara y generara más clientes a través de sus conocidos. Eso le molestó mucho.

Por un lado, trataba de comprender a Julia ya que cada muestra es un producto que se va sin dejar ganancia, pero considera que pudo ser más amable. Otro detalle importante que le llamó la atención es que no han investigado a fondo su mercado, ya que no conocen marcas ni puntos de venta de su competencia.

Al final, quedó claro que le compraría a Jaime y que Julia debería mejorar su forma de comunicar para ser más cálida con los clientes potenciales

Y esta es la historia de dos vendedores diferentes con un mismo producto. ¿Por qué uno da resultados y otro no? ¿Le comprarías a Julia?

Gracias por leer.


Recuerda, “si fuera fácil, cualquiera lo haría bien”.


Mariana.pefer@gmail.com