/ viernes 19 de junio de 2020

¿Hart@ de los grupos de WhatsApp en tu trabajo?

Los grupos de WhatsApp o Telegram que se crearon en los centros de trabajo con motivo del COVID (y desde antes) han resultado una gran idea para algunos y pero para una mayoría es un infierno.

Si no me crees, levanta la mano si estás en un grupo laboral donde:


  • Te agregaron sin consultar sobre si deseabas compartir su número personal con los demás miembros del grupo.


  • El jefe manda mensajes sábado por la noche o domingo por la mañana, cuando podría mandarlos un día hábil.


  • El jefe manda un mensaje que solamente dice buenos días y 15 personas le responden con otro “buenos días”, saturando inútilmente la comunicación.


  • Hay quienes usan stickers para todos sus comentarios logrando que se pierda el hilo de la conversación.


  • Se tratan temas que deben resolverse 1 a 1, entonces, además de que el mundo se entera de la situación, multiplican las notificaciones.


  • Se mandan tantos mensajes sin utilidad que a veces no quieres ni abrir el grupo.


  • Los compañeros externan dudas a media noche iniciando el ciclo de notificaciones.


  • Se empiezan charlas que podrían continuarse en privado porque son solo entre 2 o 3 personas.


  • Los compañeros usan mensajes de voz para comunicarse con el jefe, en vez de mandar privado.


  • Ofrecen venta de comida o ventas por catálogo cuando el grupo es de otro perfil.


  • Mandan imágenes de las buenas noches con mensajes religiosos o \pensamientos que serían adecuados en un contexto no profesional.


  • Comparten noticias falsas o muy viejas.

¿Verdad que dan ganas de silenciar ese grupo? O quizá ya lo hiciste y te quedaste con ganas de abandonarlo porque es del trabajo. Este es el padecer diario de gran cantidad de colaboradores, y pareciera que quienes abren esos grupos no comprenden que todo lo mencionado anteriormente deteriora fuertemente la fluidez de la comunicación.

Para resolver esto, lo ideal es manejar un reglamento que se compartirá con todos los miembros al momento de ser ingresados al grupo. Los aspectos generales a observar son:

- Días y horario específicos para la comunicación.

- Evitar el uso de stickers.

- Delimitar los temas que se manejan de forma pública y cuáles en privada.

-Lineamientos para mensajes de voz.

-Evitar mensajes religiosos y/o políticos (a menos que el grupo se forme específicamente para hablar del tema)

-Evitar imágenes que no correspondan a la función del grupo.

-Evitar spam, es decir, mensajes o cadenas cuya autenticidad no nos consta (el famoso Jetta rojo que andaba secuestrando gente o el Tsuru blanco afuera de alguna central de abastos que quiso levantar a alguien), o al inicio de la pandemia mentiras sobre cómo prevenir el COVID.


Además, se sugiere al jefe comprender las diferencias y el uso adecuado de un correo electrónico y de un grupo de WhatsApp, ya que en ocasiones lo ideal un mail.


Recuerden que trabajar en casa debería ser algo agradable y no causa de mayor estrés.


“Si fuera fácil, cualquiera lo haría”


Mariana.pefer@gmail.com

Los grupos de WhatsApp o Telegram que se crearon en los centros de trabajo con motivo del COVID (y desde antes) han resultado una gran idea para algunos y pero para una mayoría es un infierno.

Si no me crees, levanta la mano si estás en un grupo laboral donde:


  • Te agregaron sin consultar sobre si deseabas compartir su número personal con los demás miembros del grupo.


  • El jefe manda mensajes sábado por la noche o domingo por la mañana, cuando podría mandarlos un día hábil.


  • El jefe manda un mensaje que solamente dice buenos días y 15 personas le responden con otro “buenos días”, saturando inútilmente la comunicación.


  • Hay quienes usan stickers para todos sus comentarios logrando que se pierda el hilo de la conversación.


  • Se tratan temas que deben resolverse 1 a 1, entonces, además de que el mundo se entera de la situación, multiplican las notificaciones.


  • Se mandan tantos mensajes sin utilidad que a veces no quieres ni abrir el grupo.


  • Los compañeros externan dudas a media noche iniciando el ciclo de notificaciones.


  • Se empiezan charlas que podrían continuarse en privado porque son solo entre 2 o 3 personas.


  • Los compañeros usan mensajes de voz para comunicarse con el jefe, en vez de mandar privado.


  • Ofrecen venta de comida o ventas por catálogo cuando el grupo es de otro perfil.


  • Mandan imágenes de las buenas noches con mensajes religiosos o \pensamientos que serían adecuados en un contexto no profesional.


  • Comparten noticias falsas o muy viejas.

¿Verdad que dan ganas de silenciar ese grupo? O quizá ya lo hiciste y te quedaste con ganas de abandonarlo porque es del trabajo. Este es el padecer diario de gran cantidad de colaboradores, y pareciera que quienes abren esos grupos no comprenden que todo lo mencionado anteriormente deteriora fuertemente la fluidez de la comunicación.

Para resolver esto, lo ideal es manejar un reglamento que se compartirá con todos los miembros al momento de ser ingresados al grupo. Los aspectos generales a observar son:

- Días y horario específicos para la comunicación.

- Evitar el uso de stickers.

- Delimitar los temas que se manejan de forma pública y cuáles en privada.

-Lineamientos para mensajes de voz.

-Evitar mensajes religiosos y/o políticos (a menos que el grupo se forme específicamente para hablar del tema)

-Evitar imágenes que no correspondan a la función del grupo.

-Evitar spam, es decir, mensajes o cadenas cuya autenticidad no nos consta (el famoso Jetta rojo que andaba secuestrando gente o el Tsuru blanco afuera de alguna central de abastos que quiso levantar a alguien), o al inicio de la pandemia mentiras sobre cómo prevenir el COVID.


Además, se sugiere al jefe comprender las diferencias y el uso adecuado de un correo electrónico y de un grupo de WhatsApp, ya que en ocasiones lo ideal un mail.


Recuerden que trabajar en casa debería ser algo agradable y no causa de mayor estrés.


“Si fuera fácil, cualquiera lo haría”


Mariana.pefer@gmail.com