/ sábado 23 de abril de 2022

ELECTROCUTADOS Y JAURÍA OBRADORISTAS

El presidente López Obrador es mal perdedor. Acusa de “traidores a la patria” a diputadas y diputados que el domingo pasado votaron porque el pueblo tenga energías limpias y baratas, en lugar de sucias, caras, y con más apagones y reconexiones demoradas, como sería de aprobarse su contrarreforma eléctrica que devolvía monopolio a la CFE, cancelaba contratos a empresas de autogeneración, y eliminaba reguladores del sector eléctrico.

Sus huestes acusan también de “traidores” a científicos, ambientalistas, analistas o periodistas que no aprueban su visión. Repasemos algunos hechos y dichos de AMLO.

(1) Recibió el Plan Quinquenal 2015-2019 de licitación de 128 bloques de exploración y extracción de hidrocarburos, con yacimientos ricos en gas natural localizadas en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, incluyendo asignados a Pemex en la Ronda Cero. AMLO suspendió licitaciones y canceló asociaciones de PEMEX con empresas privadas, lo que impidió operar pozos que en éste momento estarían produciendo 117 millones de pies cúbicos diarios de gas natural en el campo de Olmos, Coah, entre otros. Comprometió la producción futura de gas. Ni la refinería Dos Bocas con todas las demás rehabilitadas suplen la producción de gas; éstas producen gasolina. Y la producción de energía eléctrica requiere básicamente de gas y de fuentes renovables de energía.

(2) La electricidad generada por CFE es 5 veces más cara y sucia que la generada por el sector privado a través de energía solar y del viento o eólica. De aprobarse su contrarreforma se tendrían que incrementar los de por sí abundantes subsidios a CFE (por retroceso de Bartlett de jubilar a los 50 años a sus trabajadoras y a los 55 años a sus trabajadores, entre otras causas) desviándolos de salud, educación, campo u otras prioridades, y generando más impuestos. En este 2022, por cada 100 pesos en inversión pública se destinan $6 pesos a CFE, y para salud y educación en conjunto $4. El gasto anual en subsidiar tarifas eléctricas ha sido de $83 mil millones de pesos promedio, del 2017 a 2020, lo que recrudece desigualdad al beneficiar a quienes consumen más.

(3) Su propuesta atenta contra 6 capítulos del Tratado México-EU-Canadá y otros del acuerdo con Asia-Pacífico, normas de igual jerarquía que la Constitución.

(4) AMLO acusó a Lozoya de sobornar legisladores para aprobar reforma energética de Peña, pero AMLO ofreció embajadas y gobernaturas a diputados verdes chaqueteros que antes aprobaron la de Peña (en 2008, las “Adelitas” de Sheinbaum impidieron en Senado votar la reforma energética de Calderón, luego retomada por Peña).

(5) De aprobarse visión de AMLO, Pemex y CFE dejaban de ser Empresas Productivas del Estado y su deuda pasaba a ser deuda directa del pueblo, por $ 2.5 billones de pesos.

(6) Los permisos de generación y compraventa de electricidad otorgados a privados serían cancelados, por lo que CFE se vería obligada a producir más con plantas menos eficientes, y por tanto con mayores costos de producción.

(7) Los subsidios a tarifas eléctricas afectan al medio ambiente al limitar la adopción de energías renovables a causa del “abaratamiento artificial” de la electricidad generada por combustibles fósiles, en lugar de gas y energías limpias.

Las acusaciones de “traición a la patria” son violencia. Y violencia premeditadamente organizada con fines facciosos, en laboratorio de perpetuación en el poder. Violencia de una idea amoral de la política electrocutada, de jauría fanatizada. Practiquemos, en difícil o ardua reconciliación, la moral previamente debilitada, motivados por valores ético-jurídicos más profundos y permanentes. Estos peligros para la convivencia entre mexicanos generados desde el poder han de impulsar el deseo eficaz de que el odio y la violencia no triunfen en los corazones de quienes luchan por la justicia. No seamos jauría, sino pueblo con valores y valor.

El presidente López Obrador es mal perdedor. Acusa de “traidores a la patria” a diputadas y diputados que el domingo pasado votaron porque el pueblo tenga energías limpias y baratas, en lugar de sucias, caras, y con más apagones y reconexiones demoradas, como sería de aprobarse su contrarreforma eléctrica que devolvía monopolio a la CFE, cancelaba contratos a empresas de autogeneración, y eliminaba reguladores del sector eléctrico.

Sus huestes acusan también de “traidores” a científicos, ambientalistas, analistas o periodistas que no aprueban su visión. Repasemos algunos hechos y dichos de AMLO.

(1) Recibió el Plan Quinquenal 2015-2019 de licitación de 128 bloques de exploración y extracción de hidrocarburos, con yacimientos ricos en gas natural localizadas en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, incluyendo asignados a Pemex en la Ronda Cero. AMLO suspendió licitaciones y canceló asociaciones de PEMEX con empresas privadas, lo que impidió operar pozos que en éste momento estarían produciendo 117 millones de pies cúbicos diarios de gas natural en el campo de Olmos, Coah, entre otros. Comprometió la producción futura de gas. Ni la refinería Dos Bocas con todas las demás rehabilitadas suplen la producción de gas; éstas producen gasolina. Y la producción de energía eléctrica requiere básicamente de gas y de fuentes renovables de energía.

(2) La electricidad generada por CFE es 5 veces más cara y sucia que la generada por el sector privado a través de energía solar y del viento o eólica. De aprobarse su contrarreforma se tendrían que incrementar los de por sí abundantes subsidios a CFE (por retroceso de Bartlett de jubilar a los 50 años a sus trabajadoras y a los 55 años a sus trabajadores, entre otras causas) desviándolos de salud, educación, campo u otras prioridades, y generando más impuestos. En este 2022, por cada 100 pesos en inversión pública se destinan $6 pesos a CFE, y para salud y educación en conjunto $4. El gasto anual en subsidiar tarifas eléctricas ha sido de $83 mil millones de pesos promedio, del 2017 a 2020, lo que recrudece desigualdad al beneficiar a quienes consumen más.

(3) Su propuesta atenta contra 6 capítulos del Tratado México-EU-Canadá y otros del acuerdo con Asia-Pacífico, normas de igual jerarquía que la Constitución.

(4) AMLO acusó a Lozoya de sobornar legisladores para aprobar reforma energética de Peña, pero AMLO ofreció embajadas y gobernaturas a diputados verdes chaqueteros que antes aprobaron la de Peña (en 2008, las “Adelitas” de Sheinbaum impidieron en Senado votar la reforma energética de Calderón, luego retomada por Peña).

(5) De aprobarse visión de AMLO, Pemex y CFE dejaban de ser Empresas Productivas del Estado y su deuda pasaba a ser deuda directa del pueblo, por $ 2.5 billones de pesos.

(6) Los permisos de generación y compraventa de electricidad otorgados a privados serían cancelados, por lo que CFE se vería obligada a producir más con plantas menos eficientes, y por tanto con mayores costos de producción.

(7) Los subsidios a tarifas eléctricas afectan al medio ambiente al limitar la adopción de energías renovables a causa del “abaratamiento artificial” de la electricidad generada por combustibles fósiles, en lugar de gas y energías limpias.

Las acusaciones de “traición a la patria” son violencia. Y violencia premeditadamente organizada con fines facciosos, en laboratorio de perpetuación en el poder. Violencia de una idea amoral de la política electrocutada, de jauría fanatizada. Practiquemos, en difícil o ardua reconciliación, la moral previamente debilitada, motivados por valores ético-jurídicos más profundos y permanentes. Estos peligros para la convivencia entre mexicanos generados desde el poder han de impulsar el deseo eficaz de que el odio y la violencia no triunfen en los corazones de quienes luchan por la justicia. No seamos jauría, sino pueblo con valores y valor.