/ domingo 5 de mayo de 2019

El trabajo es un bien, no un mal.

Las personas viven para trabajar y trabajan para vivir, esta es una realidad evidente, tenemos que trabajar.

El problema surge cuando las personas no ven el trabajo como un medio que permite desarrollar las habilidades y los talentos para el bien de otros. Cuando existe en la mente de las personas la idea de que el trabajo es un mal necesario, es porque carecen de una sana comprensión del trabajo.

En el libro de 2da. de Tesalonicenses 3:10, el apóstol Pablo escribió: “Porque incluso cuando estábamos con ustedes, les ordenamos: El que no quiera trabajar, que tampoco coma.”

Esta declaración del apóstol Pablo “de que si una persona no trabaja, que no coma”, es bastante contundente, obvio que esta declaración no incluye a las personas que están incapacitadas para trabajar. No obstante, esta declaración tiene todo el sentido lógico de un orden social, cuando la analizamos a la luz de lo que su observación o indiferencia trae en los sistemas económicos que implementa el hombre.

Uno de estos sistemas económicos, indiferente a la declaración del apóstol Pablo, es el que pretende eliminar la pobreza material por medio de “justicia social”, aunque en realidad de justicia no tiene nada, pues edifica sobre el concepto de robar el dinero al que trabaja productivamente para dárselo al que no quiere trabajar. Este sistema económico ha destruido la generosidad privada y ha creado vicios y pereza, generando mayor pobreza material, opresión, corrupción y derramamiento de sangre.

Por otro lado, tenemos el sistema económico que haciendo eco a las palabras del apóstol Pablo, ha demostrado avanzar en la eliminación de la pobreza material y la opresión, pues basándose en la libre empresa, permite que las personas tengan la libertad de trabajar, desarrollar su capacidad creativa y productiva, y entonces puedan prosperar. Así lo enseña la historia:

En 1776 Adam Smith publicó su investigación sobre la economía: ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, en la que afirma que la riqueza es el resultado de saber trabajar. Por más de 200 años los escritos económicos de Smith le dieron forma a la economía occidental, en su obra Smith deja ver su firme creencia en el Dios de la Biblia. Antes de que Smith escribiera su obra maestra sobre la economía de las naciones, la mayoría de las personas apenas podían alimentarse, gastaban el 90% de sus ingresos en alimentos.

Entre 1800 y 1850, los salarios se cuadruplicaron cuando la gente puso en práctica los principios de economía bíblica, y de 1850 a 1900, los salarios se volvieron a cuadruplicar. Este crecimiento se hizo más evidente en EUA conforme crecía la libre empresa. En la actualidad EUA se ha alejando de estos principios y es la razón de su deterioro económico, político y social.

Los resultados que produce la “libre empresa” y los que produce la “justicia o asistencia social”, son totalmente opuestos, mientras que la primera premia el trabajo y dispone la libertad para que la gente sea muy creativa y productiva, generándose así la riqueza material; La segunda, castiga el trabajo y premia la pereza, y genera esclavitud, la cual restringe la capacidad creativa y productiva de las personas, generando mayor pobreza material.

Necesitamos ver el trabajo como un bien, no como un mal. Desde este día, te invito a que comiences a ver tu trabajo (confiando sea un trabajo limpio y honesto), como el medio que te permite desarrollar tus capacidades y descubrir otras que no conocías. Piensa en tu trabajo no solo en términos de alcanzar tus beneficios particulares, sino en términos de cómo tu trabajo puede beneficiar a otros. Esto te permitirá ver tu trabajo con otros ojos y podrás mejorar tu actitud hacia tu trabajo, y una buena actitud siempre te abrirá puertas que nunca imaginaste.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.




Las personas viven para trabajar y trabajan para vivir, esta es una realidad evidente, tenemos que trabajar.

El problema surge cuando las personas no ven el trabajo como un medio que permite desarrollar las habilidades y los talentos para el bien de otros. Cuando existe en la mente de las personas la idea de que el trabajo es un mal necesario, es porque carecen de una sana comprensión del trabajo.

En el libro de 2da. de Tesalonicenses 3:10, el apóstol Pablo escribió: “Porque incluso cuando estábamos con ustedes, les ordenamos: El que no quiera trabajar, que tampoco coma.”

Esta declaración del apóstol Pablo “de que si una persona no trabaja, que no coma”, es bastante contundente, obvio que esta declaración no incluye a las personas que están incapacitadas para trabajar. No obstante, esta declaración tiene todo el sentido lógico de un orden social, cuando la analizamos a la luz de lo que su observación o indiferencia trae en los sistemas económicos que implementa el hombre.

Uno de estos sistemas económicos, indiferente a la declaración del apóstol Pablo, es el que pretende eliminar la pobreza material por medio de “justicia social”, aunque en realidad de justicia no tiene nada, pues edifica sobre el concepto de robar el dinero al que trabaja productivamente para dárselo al que no quiere trabajar. Este sistema económico ha destruido la generosidad privada y ha creado vicios y pereza, generando mayor pobreza material, opresión, corrupción y derramamiento de sangre.

Por otro lado, tenemos el sistema económico que haciendo eco a las palabras del apóstol Pablo, ha demostrado avanzar en la eliminación de la pobreza material y la opresión, pues basándose en la libre empresa, permite que las personas tengan la libertad de trabajar, desarrollar su capacidad creativa y productiva, y entonces puedan prosperar. Así lo enseña la historia:

En 1776 Adam Smith publicó su investigación sobre la economía: ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, en la que afirma que la riqueza es el resultado de saber trabajar. Por más de 200 años los escritos económicos de Smith le dieron forma a la economía occidental, en su obra Smith deja ver su firme creencia en el Dios de la Biblia. Antes de que Smith escribiera su obra maestra sobre la economía de las naciones, la mayoría de las personas apenas podían alimentarse, gastaban el 90% de sus ingresos en alimentos.

Entre 1800 y 1850, los salarios se cuadruplicaron cuando la gente puso en práctica los principios de economía bíblica, y de 1850 a 1900, los salarios se volvieron a cuadruplicar. Este crecimiento se hizo más evidente en EUA conforme crecía la libre empresa. En la actualidad EUA se ha alejando de estos principios y es la razón de su deterioro económico, político y social.

Los resultados que produce la “libre empresa” y los que produce la “justicia o asistencia social”, son totalmente opuestos, mientras que la primera premia el trabajo y dispone la libertad para que la gente sea muy creativa y productiva, generándose así la riqueza material; La segunda, castiga el trabajo y premia la pereza, y genera esclavitud, la cual restringe la capacidad creativa y productiva de las personas, generando mayor pobreza material.

Necesitamos ver el trabajo como un bien, no como un mal. Desde este día, te invito a que comiences a ver tu trabajo (confiando sea un trabajo limpio y honesto), como el medio que te permite desarrollar tus capacidades y descubrir otras que no conocías. Piensa en tu trabajo no solo en términos de alcanzar tus beneficios particulares, sino en términos de cómo tu trabajo puede beneficiar a otros. Esto te permitirá ver tu trabajo con otros ojos y podrás mejorar tu actitud hacia tu trabajo, y una buena actitud siempre te abrirá puertas que nunca imaginaste.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.