El feminismo radical

Muchos hemos visto las manifestaciones de vandalismo, de agresión, violentas, grotescas y vulgares, que hacen las feministas radicales, donde en ciertos eventos, mientras hacen destrozos en edificios públicos y en las ciudades, son cubiertas del rostro por las que las acompañan, pero ¿por qué cubrirse el rostro, por qué no dar la cara, si es que están tan convencidas de que su causa es justa?, ¿será que de alguna manera saben que lo que están haciendo es vandalismo, y al cubrirse quieren evitar ser identificadas para no ser acusadas y recibir la sanción por sus delitos?

Bien, para comprender más a fondo la verdadera causa de este feminismo radical moderno, podemos hacerlo diferenciando las 3 grandes olas del feminismo:

El feminismo fue originalmente una expresión utilizada por las sufragistas, que eran predominantemente provida, para obtener el derecho al voto de las mujeres, y la incorporación de la mujer al mundo de la academia, esto fue a principios del siglos XX en los Estados Unidos y el Reino Unido. Esta fue la primera ola del feminismo, la cual perseguía estas causas justas.

Pero la segunda ola del feminismo, se desvirtúo totalmente al anexar la teoría marxista en su filosofía, tomando las ideas de Engels sobre el socialismo, filosofías como: “En la familia, el hombre es el burgués y la mujer es el proletariado”, así que la mujer debía sujetarse a la lucha del obrero para poder ser liberada del hombre. Estas ideas dieron entrada en el feminismo al aborto y a trabajos rudos para la mujer que antes solo pertenecían al campo masculino. Pero esto fracasó con la experiencia de la Ex Unión Soviética, donde lejos de liberar a la mujer, vieron ajustarse las cadenas más y más sobre ellas.

Lo que hoy se le llama feminismo de tercera ola, no solo incluye la teoría marxista del comunismo en su filosofía, sino que además ha anexado la ideología de género, con filosofías como la de la feminista Simon de Beauvor quien dijo: “No se nace mujer, llega uno a serlo”, haciendo una desconexión de la realidad científica-biológica con la sexualidad humana, dejando al criterio personal si se quiere ser hombre, o mujer, o los dos, o ninguno, o algo diferente que dicte la loca imaginación.

Este feminismo de tercera ola se parece más a un “hembrismo”, es decir, lo mismo que el “machismo”, pero ahora a la inversa, pues este feminismo de la tercera ola no trata sobre la defensa de la mujer, solo trata de un odio hacia el hombre. Tal como lo declaró la feminista Robin Morgan: “El odio político hacia el hombre es un acto honorable de toda mujer”.

Por eso no resulta extraño que en todas sus movilizaciones, destaquen pancartas y gritos como: “muerte al macho”, “mata a tu novio”, “ante la duda tu la viuda”, y mensajes similares que denotan claramente un odio hacia el hombre, más que un genuino interés por el bienestar de la mujer.

Pues si fuera en realidad una defensa hacia la mujer, ¿por qué ridiculizan y clasifican como “tontas sin cerebro” y otros sobrenombres ofensivos hacia las mujeres que se adhieren a una feminidad más tradicional, a mujeres que desean tener hijos y formar una familia tradicional?, ¿Dónde queda, pues, su concepto de que las mujeres deben tener libre opción de cómo quieran hacer su vida?.

¿Por qué el movimiento feminista radical de esta tercera ola no protestan de la misma forma que lo hacen en los países occidentales, contra la opresión de la mujer en países musulmanes?, pues si lo ponemos en una balanza ¿no sería más loable protestar contra la opresión horrenda que sufre la mujer en países musulmanes, que hacer protestas en países occidentales donde la mujer goza de grandes libertades?

¿Por qué estas feministas radicales no sienten ninguna indignación de que las mujeres sean tratadas como objetos sexuales, y en su lugar aplauden a quienes así las tratan (pues la Organización Nacional de Mujeres procedió a enumerar a personas como Hugh Hefner, el fundador de la infame revista pornográfica Playboy, como un “defensor de las mujeres”)?

La respuesta es clara, el movimiento feminista radical de esta tercera ola, para nada ama a la mujer, solo desea usarla para avanzar su agenda política alineada con el marxismo, y si necesita usar los casos resonados de crímenes contra mujeres para disfrazar su causa siniestra, lo va a hacer, porque ese es su carácter: Lleno de hipocresía y falsedad.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.