/ sábado 6 de octubre de 2018

DESPUÉS DE 30 AÑOS… TERCERA PARTE

En septiembre próximo pasado viví un sábado lleno de emociones y cargado de recuerdos. Temprano mi familia, gentilmente se dispuso a acompañarme a la Universidad Lasallista Benavente, a la celebración del 30 Aniversario de haber egresado de la licenciatura en Derecho, después de cinco largos años de ir y venir a Celaya, diario. A medida que íbamos llegando, las sonrisas, los apretones de manos y abrazos eran la manifestación de gozo por volver a vernos. Me estacioné a un lado de un vetusto árbol, en mis años de estudiante, ese predio donde plantaron el árbol, no era parte de la Universidad. Un día, recuerdo me salí de clases para darle la última repasada a los apuntes, porque a la siguiente hora presentaría examen de otra asignatura. No fue posible porque me quedé dormido en el auto. Era mucha para mí, la carga de trabajo diario.

A punto de entrar al recinto, recibí una llamada telefónica del veterinario, exalumno mío, para darme la triste noticia, el corazón de mi perrita Tiffany dejó de palpitar. Mis nietos escucharon la conversación; supusieron lo esperado; sabían que estaba enferma. Empezaron a llorar y yo conmovido, también lloré. Cómo negarlo si me vieron. Cuánta razón tiene Armando Fuentes Aguirre, Catón al decir que los perros son ángeles sin alas. ¿Cómo no llorar cuando un ángel se va?. Instalados en el Aula Magna, inició la solemne ceremonia. En eso llegó un compañero más. Cabe señalar, también en clases cuando éramos alumnos, llegaba tarde. Alguien comentó: genio y figura… Enseguida, Pase de Lista. Qué emoción escuchar nuestros nombres, después de seis lustros- en voz del actual director de la Facultad de Derecho, maestro Juan José MuñozLedo Rábago. Cuando escuché mi nombre, contesté con voz temblorosa -por la partida de mi perrita- ¡Presente!

Tuve el privilegio, otra vez, de dirigirme a mis compañeros convertidos ahora en experimentados abogados. Empecé así: “OMNES VIRI BONE IUS IPSUN AMANT (Todo hombre de bien ama la Justicia). Como un relámpago que ilumina el horizonte y anuncia la caída generosa de la lluvia, la 7ª. Generación de licenciados en Derecho, “Generación licenciado Ramón Camarena García”, después de 30 años hace un alto en el camino y regresa a su alma mater con una canastilla de recuerdos y con el corazón en la mano para exclamar gozosos: Gracias, querida Universidad Lasallista Benavente. A todas las personas que han laborado aquí o que han impartido una cátedra, nuestro reconocimiento sincero”.

“Me siento orgulloso de pertenecer a esta generación que sigue haciendo historia. Nuestra generación es importante, no por el valor de cada uno de sus miembros, sino por la suma de todos. Es un placer y un privilegio repetir lo que dije al terminar nuestros estudios, haca ya 30 años, pues conservamos en nuestra memoria el ser y quehacer de nuestros formadores. Tres décadas después ¿qué hay en el mundo del Derecho?. El nuevo sistema de justicia penal o en general los juicios orales, que tantas molestias ha generado en los tres niveles de gobierno. Las leyes para acabar con el cáncer de la corrupción y en concreto para evitar elegir a fiscales carnales. Las normas para terminar con el fuero de diputados, senadores y los titulares del poder ejecutivo. La larga lucha por el respeto a los derechos humanos. El reconocimiento y respeto a los derechos de niñas, niños y adolescentes. Hago votos para que, como estudiosos del Derecho y en nuestro campo de acción, hagamos lo que nos corresponde para el mejoramiento y aplicación de nuestro marco normativo vigente”.

“1983-1988, treinta años después… ¿Ya estamos viejos?. Dice el poeta: No es viejo el que tiene muchos años/ ni el que avanza con lento caminar,/ Ni el que sube despacio los peldaños,/ ni el que llora feliz, al recordar. Sólo es viejo: El que ha perdido la confianza,/ el que le niega valor a su persona,/ el que ha perdido la esperanza,/ y el que en vez de luchar, se desmorona. Ese es viejo. Estos conceptos a ninguno de nosotros, aplica. Todos somos, como aquí se ha dicho, jóvenes de corazón”.

Para concluir mis palabras, en tan memorable ocasión evoqué el poema anónimo de la cultura náhuatl: “Amo/ El canto del Cenzontle/ Pájaro de 400 voces/ Amo/ El color del jade/ y el enervante/ perfume de las flores, pero…/ amo más/ a mi hermano el hombre.” Y yo agregué: “Amo también, a mis hermanos de la Séptima Generación de Derecho”.

“Mi eterna gratitud al fundador de esta Universidad, licenciado don Héctor Aguilar Tamayo”.

“Nuestro agradecimiento al licenciado Roberto José Navarro González, Rector de la Universidad, mismo que fue la persona que impartió, a las siete de la mañana, la primera cátedra en los orígenes de esta prestigiada institución”.

“Gracias también al licenciado Juan José MuñozLedo Rábago por las facilidades otorgadas para la realización de este inolvidable acto académico”.

“A los que hicieron posible esta celebración, al darnos su tiempo y entusiasmo: Vicente García, Arturo Sánchez, Cuco Razo, Chava Carreño, Nancy De Santiago y a Paco Lara. Gracias, amigos”.

“Y por supuesto, gracias mil a nuestras familias por acompañarnos al festejo del treinta aniversario de haber egresado de la carrera de abogado y ¡Vamos por los cincuenta!”.

En el muro de honor de la Universidad se colocó una placa en donde plasmamos el agradecimiento a nuestra alma mater con la expresión latina que propuse: OMNES VIRI BONE IUS IPSUM AMANT y con los nombres de todos los egresados. Las palabras emotivas al borde de las lágrimas estuvieron a cargo de nuestro maestro de Derecho Penal, licenciado Javier Guiza Alday y del compañero con fama pública de buen orador, licenciado Pedro Salgado Zuloaga. Para concluir los festejos, compartimos el pan y la sal en conocido restaurante de la Puerta de Oro del Bajío.

En septiembre próximo pasado viví un sábado lleno de emociones y cargado de recuerdos. Temprano mi familia, gentilmente se dispuso a acompañarme a la Universidad Lasallista Benavente, a la celebración del 30 Aniversario de haber egresado de la licenciatura en Derecho, después de cinco largos años de ir y venir a Celaya, diario. A medida que íbamos llegando, las sonrisas, los apretones de manos y abrazos eran la manifestación de gozo por volver a vernos. Me estacioné a un lado de un vetusto árbol, en mis años de estudiante, ese predio donde plantaron el árbol, no era parte de la Universidad. Un día, recuerdo me salí de clases para darle la última repasada a los apuntes, porque a la siguiente hora presentaría examen de otra asignatura. No fue posible porque me quedé dormido en el auto. Era mucha para mí, la carga de trabajo diario.

A punto de entrar al recinto, recibí una llamada telefónica del veterinario, exalumno mío, para darme la triste noticia, el corazón de mi perrita Tiffany dejó de palpitar. Mis nietos escucharon la conversación; supusieron lo esperado; sabían que estaba enferma. Empezaron a llorar y yo conmovido, también lloré. Cómo negarlo si me vieron. Cuánta razón tiene Armando Fuentes Aguirre, Catón al decir que los perros son ángeles sin alas. ¿Cómo no llorar cuando un ángel se va?. Instalados en el Aula Magna, inició la solemne ceremonia. En eso llegó un compañero más. Cabe señalar, también en clases cuando éramos alumnos, llegaba tarde. Alguien comentó: genio y figura… Enseguida, Pase de Lista. Qué emoción escuchar nuestros nombres, después de seis lustros- en voz del actual director de la Facultad de Derecho, maestro Juan José MuñozLedo Rábago. Cuando escuché mi nombre, contesté con voz temblorosa -por la partida de mi perrita- ¡Presente!

Tuve el privilegio, otra vez, de dirigirme a mis compañeros convertidos ahora en experimentados abogados. Empecé así: “OMNES VIRI BONE IUS IPSUN AMANT (Todo hombre de bien ama la Justicia). Como un relámpago que ilumina el horizonte y anuncia la caída generosa de la lluvia, la 7ª. Generación de licenciados en Derecho, “Generación licenciado Ramón Camarena García”, después de 30 años hace un alto en el camino y regresa a su alma mater con una canastilla de recuerdos y con el corazón en la mano para exclamar gozosos: Gracias, querida Universidad Lasallista Benavente. A todas las personas que han laborado aquí o que han impartido una cátedra, nuestro reconocimiento sincero”.

“Me siento orgulloso de pertenecer a esta generación que sigue haciendo historia. Nuestra generación es importante, no por el valor de cada uno de sus miembros, sino por la suma de todos. Es un placer y un privilegio repetir lo que dije al terminar nuestros estudios, haca ya 30 años, pues conservamos en nuestra memoria el ser y quehacer de nuestros formadores. Tres décadas después ¿qué hay en el mundo del Derecho?. El nuevo sistema de justicia penal o en general los juicios orales, que tantas molestias ha generado en los tres niveles de gobierno. Las leyes para acabar con el cáncer de la corrupción y en concreto para evitar elegir a fiscales carnales. Las normas para terminar con el fuero de diputados, senadores y los titulares del poder ejecutivo. La larga lucha por el respeto a los derechos humanos. El reconocimiento y respeto a los derechos de niñas, niños y adolescentes. Hago votos para que, como estudiosos del Derecho y en nuestro campo de acción, hagamos lo que nos corresponde para el mejoramiento y aplicación de nuestro marco normativo vigente”.

“1983-1988, treinta años después… ¿Ya estamos viejos?. Dice el poeta: No es viejo el que tiene muchos años/ ni el que avanza con lento caminar,/ Ni el que sube despacio los peldaños,/ ni el que llora feliz, al recordar. Sólo es viejo: El que ha perdido la confianza,/ el que le niega valor a su persona,/ el que ha perdido la esperanza,/ y el que en vez de luchar, se desmorona. Ese es viejo. Estos conceptos a ninguno de nosotros, aplica. Todos somos, como aquí se ha dicho, jóvenes de corazón”.

Para concluir mis palabras, en tan memorable ocasión evoqué el poema anónimo de la cultura náhuatl: “Amo/ El canto del Cenzontle/ Pájaro de 400 voces/ Amo/ El color del jade/ y el enervante/ perfume de las flores, pero…/ amo más/ a mi hermano el hombre.” Y yo agregué: “Amo también, a mis hermanos de la Séptima Generación de Derecho”.

“Mi eterna gratitud al fundador de esta Universidad, licenciado don Héctor Aguilar Tamayo”.

“Nuestro agradecimiento al licenciado Roberto José Navarro González, Rector de la Universidad, mismo que fue la persona que impartió, a las siete de la mañana, la primera cátedra en los orígenes de esta prestigiada institución”.

“Gracias también al licenciado Juan José MuñozLedo Rábago por las facilidades otorgadas para la realización de este inolvidable acto académico”.

“A los que hicieron posible esta celebración, al darnos su tiempo y entusiasmo: Vicente García, Arturo Sánchez, Cuco Razo, Chava Carreño, Nancy De Santiago y a Paco Lara. Gracias, amigos”.

“Y por supuesto, gracias mil a nuestras familias por acompañarnos al festejo del treinta aniversario de haber egresado de la carrera de abogado y ¡Vamos por los cincuenta!”.

En el muro de honor de la Universidad se colocó una placa en donde plasmamos el agradecimiento a nuestra alma mater con la expresión latina que propuse: OMNES VIRI BONE IUS IPSUM AMANT y con los nombres de todos los egresados. Las palabras emotivas al borde de las lágrimas estuvieron a cargo de nuestro maestro de Derecho Penal, licenciado Javier Guiza Alday y del compañero con fama pública de buen orador, licenciado Pedro Salgado Zuloaga. Para concluir los festejos, compartimos el pan y la sal en conocido restaurante de la Puerta de Oro del Bajío.