/ domingo 25 de noviembre de 2018

CON RAZÓN NO CONTESTABA

Pues no sé a qué se debe, pero la realidad es que cada vez son menos las personas amables en esta ciudad. Y más si nos asomamos a la burocracia; frecuentemente vemos o ¿por qué no decirlo? hemos llegado a ser “víctimas” de tales o cuales personas en determinadas oficinas. Y por eso cuando vemos a alguien bien educado, cortés y amable, un poco más de lo digamos “normal”, nos llama la atención. Porque esas escasas personas brillan con luz propia. Pues tal es el caso del amigo Josué, que atiende con esmero a los usuarios del juzgado quinto de partido de esta ciudad; atento y siempre dispuesto al servicio de los demás. Una estrellita a Josué que siempre se le verá en sus labores muy atento; bien pues al Poder Judicial por éste joven, y una tacha a mí porque no me sé sus apellidos, ahí se los debo, pero seguro estoy que es el único con el nombre de Josué en ese juzgado.

Y ya que ando de plácemes supe de buena fuente que mi amigo el “Ra” ha estado un tanto delicado de salud. Sì, con tristeza me enteré que hasta estuvo hospitalizado en días pasados, pero lo bueno es que ya salió y está con su familia recuperándose. Más que mi amigo, debo decir que lo fue primeramente de mi padre, y por consecuencia, mío también. Se llevaban muy bien. Muy peculiar el “Ra”. Se llama Rafael, y desde que yo era un niño, él sigue igual, más que igual, yo diría igualito. Por eso más me sorprendió saber que mi “Ra” se había puesto mal de salud. No lo quise creer, pero la información me llegó de fidedignìsima fuente. Con razón, le llamaba y le llamaba a su celular, pero no me contestaba; bueno, también hay que decirlo, cuando estaba sano y andaba de aquí para allá, tampoco lo hacía. No contestaba, salvo que de plano alguien estuviera con él, y le advirtiera que su celular estaba timbrando, porque si no, ni cuenta!!! Te están llamando mi “Ra”, haber, presta pa”ca tu teléfono, y había que constar por él, pues al principio no le daba mucho por esos aparatos. Por eso, cuando le llamo, tengo la esperanza de que alguien esté junto con él que le diga que conteste. Único mi Ra. Ojalá se recupere y se dé otra escapada para Irapuato; así lo espero, mientras, desde aquí le mando un fuerte abrazo.

Hablando de salud, platiqué con otro amigo mío, pero éste es de la infancia, y ahora es doctor. Aconseja no hacer todas las llamadas a celulares directa y automáticamente desde la agenda del equipo, sino me sugirió que memorice al menos diez números telefónicos y de esa manera se ejercita la memoria dando muy buenos resultados; no dejarlo todo al celular, porque poco a poco se nos va a ir perdiendo la capacidad de memorizar y cada vez son más los jóvenes con problemas relacionados con la memoria. Aguas con el Alzheimer. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com





Pues no sé a qué se debe, pero la realidad es que cada vez son menos las personas amables en esta ciudad. Y más si nos asomamos a la burocracia; frecuentemente vemos o ¿por qué no decirlo? hemos llegado a ser “víctimas” de tales o cuales personas en determinadas oficinas. Y por eso cuando vemos a alguien bien educado, cortés y amable, un poco más de lo digamos “normal”, nos llama la atención. Porque esas escasas personas brillan con luz propia. Pues tal es el caso del amigo Josué, que atiende con esmero a los usuarios del juzgado quinto de partido de esta ciudad; atento y siempre dispuesto al servicio de los demás. Una estrellita a Josué que siempre se le verá en sus labores muy atento; bien pues al Poder Judicial por éste joven, y una tacha a mí porque no me sé sus apellidos, ahí se los debo, pero seguro estoy que es el único con el nombre de Josué en ese juzgado.

Y ya que ando de plácemes supe de buena fuente que mi amigo el “Ra” ha estado un tanto delicado de salud. Sì, con tristeza me enteré que hasta estuvo hospitalizado en días pasados, pero lo bueno es que ya salió y está con su familia recuperándose. Más que mi amigo, debo decir que lo fue primeramente de mi padre, y por consecuencia, mío también. Se llevaban muy bien. Muy peculiar el “Ra”. Se llama Rafael, y desde que yo era un niño, él sigue igual, más que igual, yo diría igualito. Por eso más me sorprendió saber que mi “Ra” se había puesto mal de salud. No lo quise creer, pero la información me llegó de fidedignìsima fuente. Con razón, le llamaba y le llamaba a su celular, pero no me contestaba; bueno, también hay que decirlo, cuando estaba sano y andaba de aquí para allá, tampoco lo hacía. No contestaba, salvo que de plano alguien estuviera con él, y le advirtiera que su celular estaba timbrando, porque si no, ni cuenta!!! Te están llamando mi “Ra”, haber, presta pa”ca tu teléfono, y había que constar por él, pues al principio no le daba mucho por esos aparatos. Por eso, cuando le llamo, tengo la esperanza de que alguien esté junto con él que le diga que conteste. Único mi Ra. Ojalá se recupere y se dé otra escapada para Irapuato; así lo espero, mientras, desde aquí le mando un fuerte abrazo.

Hablando de salud, platiqué con otro amigo mío, pero éste es de la infancia, y ahora es doctor. Aconseja no hacer todas las llamadas a celulares directa y automáticamente desde la agenda del equipo, sino me sugirió que memorice al menos diez números telefónicos y de esa manera se ejercita la memoria dando muy buenos resultados; no dejarlo todo al celular, porque poco a poco se nos va a ir perdiendo la capacidad de memorizar y cada vez son más los jóvenes con problemas relacionados con la memoria. Aguas con el Alzheimer. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com