/ martes 14 de julio de 2020

BARBARIE EN ANEXO

“El infierno está vacío y todos los demonios están aquí”. La frase de Shakespeare en la obra “La Tempestad”, dibuja muy bien lo sucedido el 1 de julio del presente año en el anexo ubicado en la comunidad de Arandas, en nuestra ciudad. Un comando con violencia ingresó al anexo, reunió a los internos en el primer piso ordenándoles acostarse boca abajo y, sin piedad los acribilló uno a uno, incluyendo al dueño del anexo.

24 jóvenes perdieron la vida, siete fueron trasladados por sus familiares a diferentes hospitales, dos en estado crítico y cinco graves.

Nunca en la historia de Irapuato había sucedido una masacre así. Éste fue el sexto ataque a un anexo. El penúltimo fue el seis de junio en la colonia 24 de abril, donde mataron a 10 personas.

Días antes, el secretario de Seguridad Pública del Estado expresó: “Los anexos se han convertido en semilleros de la delincuencia organizada”.

Pero, ¿qué hemos hecho como sociedad y gobierno? ¿qué hemos hecho como escuelas y familias para que esto no sea así? Y… ¿el modelo Islandia?.

Se requieren políticas públicas integrales. El gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, dijo bien: “Lamento profundamente y condeno los hechos ocurridos en Irapuato, la violencia generada por la delincuencia organizada no solamente priva de la vida a los jóvenes, sino además roba la paz de las familias guanajuatenses”.

“Hoy más que nunca es necesaria la intervención coordinada de autoridades federales y estatales, como única vía para afrontar con éxito esta situación”.

Por las dantescas escenas que se vivieron esa tarde, vino a mi memoria “Muertes que pintan de púrpura las flores”, de mi amigo poeta José Luis Calderón Vela, publicado en la revista cultural del Bajío Argonauta, inicia: “Tengo en el pecho una lluvia/ y un vagón de sinfonías./ Busco un rincón solitario/ como un viejo desnudo/ para ensartar mis lágrimas./ Mi patria se desploma./ Mi país arde./ Los buenos con los malos/ juntos estamos confundidos./ Oigo las noticias y tiemblo/ y como un cuchillo ardiente/ mi corazón atraviesan./ Cuando pienso en ella/ también discurro/ en la diosa de la poesía/ para dormirla con versos./ Mi patria arde enmudecida/ pero también llena de furia,/ desesperada y seducida./ Es imposible ya reír/ sin que nos sangren los labios/ porque nos acordamos/ de los caídos por las balas ciegas,/ de las ,muertes que pintan de púrpura/ la flores y que manchan la música/ de esta tierra que ya no duerme./ Estamos hambrientos/ de esa primera chispa/ que se inclina desde las estrellas”.

El anexo “Buscando el camino hacia mi recuperación” se cubrió de sangre, de sangre de jóvenes que buscaban librarse de las adicciones al alcohol y a las drogas pero encontraron la muerte.

Que nunca más pase esto en nuestro querido Irapuato. Termino mi entrega con las palabras de la regidora Karen Guerra: “Solicitamos se esclarezcan los hechos, se investigue y sancione ya que estos actos ponen de manifiesto la situación de vulnerabilidad en que se encuentra la ciudad”.

ezequielsotomar@outlook.com

“El infierno está vacío y todos los demonios están aquí”. La frase de Shakespeare en la obra “La Tempestad”, dibuja muy bien lo sucedido el 1 de julio del presente año en el anexo ubicado en la comunidad de Arandas, en nuestra ciudad. Un comando con violencia ingresó al anexo, reunió a los internos en el primer piso ordenándoles acostarse boca abajo y, sin piedad los acribilló uno a uno, incluyendo al dueño del anexo.

24 jóvenes perdieron la vida, siete fueron trasladados por sus familiares a diferentes hospitales, dos en estado crítico y cinco graves.

Nunca en la historia de Irapuato había sucedido una masacre así. Éste fue el sexto ataque a un anexo. El penúltimo fue el seis de junio en la colonia 24 de abril, donde mataron a 10 personas.

Días antes, el secretario de Seguridad Pública del Estado expresó: “Los anexos se han convertido en semilleros de la delincuencia organizada”.

Pero, ¿qué hemos hecho como sociedad y gobierno? ¿qué hemos hecho como escuelas y familias para que esto no sea así? Y… ¿el modelo Islandia?.

Se requieren políticas públicas integrales. El gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, dijo bien: “Lamento profundamente y condeno los hechos ocurridos en Irapuato, la violencia generada por la delincuencia organizada no solamente priva de la vida a los jóvenes, sino además roba la paz de las familias guanajuatenses”.

“Hoy más que nunca es necesaria la intervención coordinada de autoridades federales y estatales, como única vía para afrontar con éxito esta situación”.

Por las dantescas escenas que se vivieron esa tarde, vino a mi memoria “Muertes que pintan de púrpura las flores”, de mi amigo poeta José Luis Calderón Vela, publicado en la revista cultural del Bajío Argonauta, inicia: “Tengo en el pecho una lluvia/ y un vagón de sinfonías./ Busco un rincón solitario/ como un viejo desnudo/ para ensartar mis lágrimas./ Mi patria se desploma./ Mi país arde./ Los buenos con los malos/ juntos estamos confundidos./ Oigo las noticias y tiemblo/ y como un cuchillo ardiente/ mi corazón atraviesan./ Cuando pienso en ella/ también discurro/ en la diosa de la poesía/ para dormirla con versos./ Mi patria arde enmudecida/ pero también llena de furia,/ desesperada y seducida./ Es imposible ya reír/ sin que nos sangren los labios/ porque nos acordamos/ de los caídos por las balas ciegas,/ de las ,muertes que pintan de púrpura/ la flores y que manchan la música/ de esta tierra que ya no duerme./ Estamos hambrientos/ de esa primera chispa/ que se inclina desde las estrellas”.

El anexo “Buscando el camino hacia mi recuperación” se cubrió de sangre, de sangre de jóvenes que buscaban librarse de las adicciones al alcohol y a las drogas pero encontraron la muerte.

Que nunca más pase esto en nuestro querido Irapuato. Termino mi entrega con las palabras de la regidora Karen Guerra: “Solicitamos se esclarezcan los hechos, se investigue y sancione ya que estos actos ponen de manifiesto la situación de vulnerabilidad en que se encuentra la ciudad”.

ezequielsotomar@outlook.com