/ domingo 24 de julio de 2022

ANTE CANADÁ Y EU, TAMBORES DE GUERRA OBRADORISTAS

El presidente López Obrador avisó que el 16 de septiembre, en el Zócalo, dará respuesta a los gobiernos de Canadá y de Estados Unidos, que acaban de anunciar denunciarán al gobierno de México por violaciones al Tratado de Comercio entre los 3 países (el T-MEC, que antes aceptó), por incumplimientos de su política energética, la que de acuerdo con ese Tratado debe garantizar “un trato igual a las mercancías y a las inversiones de los otros países firmantes en circunstancias similares a sus propios inversionistas”. Y porque las autoridades reguladoras “deberán ejercer sus facultades de regulación de manera imparcial”, lo que el gobierno mexicano incumple por políticas discriminatorias a favor de Pemex y de la CFE. Como era de esperarse, la reversa que metió AMLO a compromisos de México en materia energética, al regresar a visiones fósiles, y resucitar a la obsoleta y costosa Pemex y extender el monopolio de CFE en áreas ya superadas, provocó la solicitud de consultas de resolución de disputas con México; primero del gobierno de EU, este 20 de julio, por “ciertas medidas de México que están socavando a las empresas estadounidenses y a la energía producida en Estados Unidos, al favorecer a la CFE y a Petróleos Mexicanos”. Las consultas pueden ser resueltas antes del proceso contencioso (se prevé a fines de junio de 2023). Si al gobierno de AMLO se considera incumplidor, vendrán sanciones arancelarias para indemnizar daños a empresas afectadas, por entre $ 10 mil millones y hasta $40 mil millones de dólares. Aparte de que ambos países apliquen tarifas arancelarias compensatorias a los sectores exportadores de México. Ya se alerta que la Unión Europea se sume a estas solicitudes por dicha política energética de México. Todo esto impactará al crecimiento económico de nuestro país, y desconfiarán más de su gobierno.

Hagamos memoria: El representante de AMLO en las negociaciones finales del T-MEC fue Jesús Seade Kuri, hoy su embajador en China (viaja por avión harto y en primera), pidió modificar el capítulo 8 del T-MC, para señalar que “el petróleo es de los mexicanos”, lo que antes y ahora está en la Constitución, aun luego de modificarse por la reforma energética de 2013, de Peña Nieto. Lo que acusan los gobiernos del norte es: “Lo que no puede hacer México ni ningún país que firma un tratado así, es modificar después su constitución o sus leyes, que deje de darle trato preferente a los países que lo firmaron, o que discrimen respecto del trato que reciben sus empresas”. Seade Kuri tendrá que aclarar qué le dijo a AMLO. Lo que sí dijo en conferencia cuando se negociaba el T-MEC, el 27 de agosto de 2018, en Washington fue: “El presidente electo ha asido muy claro desde toda su campaña… al enfatizar, que él no va a echar para atrás la reforma energética, él no piensa cambiar la Constitución”.

López Obrador se burló del anuncio de gobiernos de EU y Canadá, y pidió la canción “Uy que miedo” de Chico Che. Luego dijo que le sorprende haya en el país tantos traidores a la patria, entreguistas a extranjeros. No capta que la consulta pedida por EU, a la que se sumó Canadá, es por la Ley de la Industria Eléctrica, que prioriza el despacho de energía eléctrica a la red desde la CFE sobre empresas privadas, así como por los retrasos, negativas y revocaciones de permisos a empresas de EU y Canadá para operar en México, así como la incapacidad de Pemex para cumplir requisitos de contenido máximo de azufre. El asunto es serio, su respuesta trágica, infantil.

El gobierno de EU nos empieza a cobrar los abrazos a criminales, un tercio de país en manos de éstos, las mentiras sobre su política energética, no respetar contratos a privados: el incumplimiento del TMEC. Nuestros problemas con EU se agravan también en el terreno comercial, y no los va a pagar López Obrador, los van a pagar empresarios y trabajadores de Guanajuato, del Bajío, y donde haya industrias exportadores; y los mexicanos que de ellas viven. Pero los tambores de guerra patriotera sonarán en el Zócalo, para gobiernos de países donde están la mayoría de nuestros migrantes.

El presidente López Obrador avisó que el 16 de septiembre, en el Zócalo, dará respuesta a los gobiernos de Canadá y de Estados Unidos, que acaban de anunciar denunciarán al gobierno de México por violaciones al Tratado de Comercio entre los 3 países (el T-MEC, que antes aceptó), por incumplimientos de su política energética, la que de acuerdo con ese Tratado debe garantizar “un trato igual a las mercancías y a las inversiones de los otros países firmantes en circunstancias similares a sus propios inversionistas”. Y porque las autoridades reguladoras “deberán ejercer sus facultades de regulación de manera imparcial”, lo que el gobierno mexicano incumple por políticas discriminatorias a favor de Pemex y de la CFE. Como era de esperarse, la reversa que metió AMLO a compromisos de México en materia energética, al regresar a visiones fósiles, y resucitar a la obsoleta y costosa Pemex y extender el monopolio de CFE en áreas ya superadas, provocó la solicitud de consultas de resolución de disputas con México; primero del gobierno de EU, este 20 de julio, por “ciertas medidas de México que están socavando a las empresas estadounidenses y a la energía producida en Estados Unidos, al favorecer a la CFE y a Petróleos Mexicanos”. Las consultas pueden ser resueltas antes del proceso contencioso (se prevé a fines de junio de 2023). Si al gobierno de AMLO se considera incumplidor, vendrán sanciones arancelarias para indemnizar daños a empresas afectadas, por entre $ 10 mil millones y hasta $40 mil millones de dólares. Aparte de que ambos países apliquen tarifas arancelarias compensatorias a los sectores exportadores de México. Ya se alerta que la Unión Europea se sume a estas solicitudes por dicha política energética de México. Todo esto impactará al crecimiento económico de nuestro país, y desconfiarán más de su gobierno.

Hagamos memoria: El representante de AMLO en las negociaciones finales del T-MEC fue Jesús Seade Kuri, hoy su embajador en China (viaja por avión harto y en primera), pidió modificar el capítulo 8 del T-MC, para señalar que “el petróleo es de los mexicanos”, lo que antes y ahora está en la Constitución, aun luego de modificarse por la reforma energética de 2013, de Peña Nieto. Lo que acusan los gobiernos del norte es: “Lo que no puede hacer México ni ningún país que firma un tratado así, es modificar después su constitución o sus leyes, que deje de darle trato preferente a los países que lo firmaron, o que discrimen respecto del trato que reciben sus empresas”. Seade Kuri tendrá que aclarar qué le dijo a AMLO. Lo que sí dijo en conferencia cuando se negociaba el T-MEC, el 27 de agosto de 2018, en Washington fue: “El presidente electo ha asido muy claro desde toda su campaña… al enfatizar, que él no va a echar para atrás la reforma energética, él no piensa cambiar la Constitución”.

López Obrador se burló del anuncio de gobiernos de EU y Canadá, y pidió la canción “Uy que miedo” de Chico Che. Luego dijo que le sorprende haya en el país tantos traidores a la patria, entreguistas a extranjeros. No capta que la consulta pedida por EU, a la que se sumó Canadá, es por la Ley de la Industria Eléctrica, que prioriza el despacho de energía eléctrica a la red desde la CFE sobre empresas privadas, así como por los retrasos, negativas y revocaciones de permisos a empresas de EU y Canadá para operar en México, así como la incapacidad de Pemex para cumplir requisitos de contenido máximo de azufre. El asunto es serio, su respuesta trágica, infantil.

El gobierno de EU nos empieza a cobrar los abrazos a criminales, un tercio de país en manos de éstos, las mentiras sobre su política energética, no respetar contratos a privados: el incumplimiento del TMEC. Nuestros problemas con EU se agravan también en el terreno comercial, y no los va a pagar López Obrador, los van a pagar empresarios y trabajadores de Guanajuato, del Bajío, y donde haya industrias exportadores; y los mexicanos que de ellas viven. Pero los tambores de guerra patriotera sonarán en el Zócalo, para gobiernos de países donde están la mayoría de nuestros migrantes.