/ sábado 8 de agosto de 2020

Agradecimiento vs Desagradecimiento

La definición de agradecimiento que encontramos en un diccionario común dice: Gratitud por algo recibido. Así que la pregunta que te invito a hacerte es la siguiente:

¿Cuándo fue la última vez que con profundo agradecimiento diste gracias por lo que muchas veces damos por sentado? Como por ejemplo: la vida, los hijos, tu esposo, tu esposa, por contar con un trabajo remunerativo, por tener un techo donde vivir, por tu salud, o aún, si careces de todas éstas cosas pero alguien genuinamente te extiende la mano en verdadera ayuda, etc.

Algunos antónimos de la palabra agradecimiento son: Desagradecimiento, olvido, ingratitud. Una actitud de agradecimiento es contraria a una actitud de desagradecimiento.

El agradecimiento trae una actitud positiva a nuestra mente y nos ayuda a poner un escudo contra el desagradecimiento que trae negativismo y fatalismo por aquello que nos llena de amargura y resentimiento contra la vida convirtiéndonos en células cancerosas que enferman nuestra vida, nuestros hogares y nuestra sociedad.

Sin duda todos tenemos algo por qué estar agradecidos, aunque muchos lleguen a pensar que no tienen nada que agradecer, la realidad es que más de lo que nos imaginamos cada ser humano viene a esta vida para cumplir con un propósito muy especial que debe ir descubriendo en su Creador, y esto en sí, ya es motivo para vivir agradecidos.

Independientemente de cuál sea tu condición actual física, intelectual, espiritual, económica, familiar, etc., tu vida tiene un valor muy especial, que ni siquiera tus progenitores pueden determinar el alcance de tu contribución a la vida conforme al plan de tu Creador para ti.

En el documento llamado “la Biblia” encontramos muchos ejemplos, como la vida del apóstol Pablo que una vez que aceptó el modelo de Jesucristo para su vida, esto le dio sentido y aprendió a ser agradecido y mantener una mente positiva aún medio de la adversidad y el sufrimiento que le tocó experimentar, escribiendo lo siguiente: “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito” (Romanos 8:28).

Sólo tenemos dos opciones en esta vida, vivir en un continuo agradecimiento que llena nuestra mente de una actitud positiva y nos permite caminar con esperanza en la vida, o vivir en un desagradecimiento continuo que nos llena de negativismo y nos amarga la vida. A cada uno nos toca elegir entre estas dos opciones.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.




La definición de agradecimiento que encontramos en un diccionario común dice: Gratitud por algo recibido. Así que la pregunta que te invito a hacerte es la siguiente:

¿Cuándo fue la última vez que con profundo agradecimiento diste gracias por lo que muchas veces damos por sentado? Como por ejemplo: la vida, los hijos, tu esposo, tu esposa, por contar con un trabajo remunerativo, por tener un techo donde vivir, por tu salud, o aún, si careces de todas éstas cosas pero alguien genuinamente te extiende la mano en verdadera ayuda, etc.

Algunos antónimos de la palabra agradecimiento son: Desagradecimiento, olvido, ingratitud. Una actitud de agradecimiento es contraria a una actitud de desagradecimiento.

El agradecimiento trae una actitud positiva a nuestra mente y nos ayuda a poner un escudo contra el desagradecimiento que trae negativismo y fatalismo por aquello que nos llena de amargura y resentimiento contra la vida convirtiéndonos en células cancerosas que enferman nuestra vida, nuestros hogares y nuestra sociedad.

Sin duda todos tenemos algo por qué estar agradecidos, aunque muchos lleguen a pensar que no tienen nada que agradecer, la realidad es que más de lo que nos imaginamos cada ser humano viene a esta vida para cumplir con un propósito muy especial que debe ir descubriendo en su Creador, y esto en sí, ya es motivo para vivir agradecidos.

Independientemente de cuál sea tu condición actual física, intelectual, espiritual, económica, familiar, etc., tu vida tiene un valor muy especial, que ni siquiera tus progenitores pueden determinar el alcance de tu contribución a la vida conforme al plan de tu Creador para ti.

En el documento llamado “la Biblia” encontramos muchos ejemplos, como la vida del apóstol Pablo que una vez que aceptó el modelo de Jesucristo para su vida, esto le dio sentido y aprendió a ser agradecido y mantener una mente positiva aún medio de la adversidad y el sufrimiento que le tocó experimentar, escribiendo lo siguiente: “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito” (Romanos 8:28).

Sólo tenemos dos opciones en esta vida, vivir en un continuo agradecimiento que llena nuestra mente de una actitud positiva y nos permite caminar con esperanza en la vida, o vivir en un desagradecimiento continuo que nos llena de negativismo y nos amarga la vida. A cada uno nos toca elegir entre estas dos opciones.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.